Confieso que hoy es un día especial.
Confieso que a menudo vivimos inmers@s en un mundo de prisas que no nos deja pararnos en los detalles pequeños e importantes de la vida.
Confieso no haber visto en su día el vídeo que tienes a continuación, a pesar de haberlo publicado entonces en esta, tu casa.
Confieso que la vida se abre paso a través de quienes nos rodean y nos estimulan con su presencia y testimonio (gracias, Juanjo, por recordarnos en PEDIAP recientemente que todavía vivimos necesitad@s de lo que nos pueden enseñar niñ@s como los de la Fundacíón Khanimambo en Mozambique, que todavía podemos dejarnos ayudar).
Nos han dicho que trabajáis muchas horas y que tenéis una cosa que se llama estrés que hace que se os ponga el pelo blanco, y que os cuesta sonreír. También nos han contado que pagáis mucho dinero durante muchos años para tener una casa. Que debe ser como un castillo, ¿no? Y que os enfadáis cuando no os abrochan los pantalones del año pasado. O cuando sale un móvil nuevo y no os lo podéis comprar. Aquí no tenemos ninguno de esos problemas. Por eso queremos ayudaros y hemos decidido apadrinaros. Nos comprometemos a enviaros nuestros donativos de felicidad. No tenemos mucho que haceros llegar, pero por poco que sea de algo os servirá. Con nuestros dibujos, una carta o una manualidad, queremos conseguir que seáis un poco más felices en vuestra vida diaria. Y así sentirnos los padrinos más contentos del mundo. Nos encanta hacerlos y nos cuesta muy poco. Y a vosotros no os costará casi nada. ¿Necesitas sonreír? Déjate ayudar.