Revista Opinión
Mansión de Cospedal.
La mujer más protegida del PP.
Seis policías nacionales protegen las 24 horas del día, en varios turnos, el lujoso chalé de Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP. La nueva casa de la número dos del PP tiene 600 metros cuadrados construidos y un terreno de 12.100, con una valoración de 2,3 millones de euros. De Cospedal dispone, además, de otros cinco policías para su protección personal, lo que la convierte en uno de los personajes más protegidos del país. Uno más que los escoltas que protegen las 24 horas del día a José Bono, el expresidente de la misma región y ex presidente del Congreso. En este caso, se trata de guardias civiles.
Son los personajes que llaman la atención en esta época de crisis en la que el paro se ha cebado con una parte importante de españoles. No así con estos personajes privilegiados y super-protegidos. La casa de Cospedal la compró su marido, el empresario López del Hierro, y se dice que está valorada en 2,3 millones de euros. Pero, el precio que se pagó por el inmueble “no se acerca ni de lejos” a esa cifra, según un portavoz de Cospedal. Y los seis escoltas para su casa de Toledo, más los cinco personales de Cospedal suponen una dotación mayor que la que tenía José María Barreda, anterior presidente de Castilla-La Mancha, que residía en un piso de Ciudad Real, según las mismas fuentes. Barreda tiene otro piso, de 260 metros, en Madrid y un apartamento en Mallorca.
Vicente Tirado, presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, suspendía el pasado 10 de mayo el Pleno del Parlamento, después de que el diputado socialista, José Manuel Caballero, se negara a retirar unas palabras sobre el número de policías que custodiaban la vivienda de la presidenta regional, María Dolores de Cospedal. Tras una alusión de Carlos Velásquez, del portavoz del PP, al supuesto derroche del anterior Gobierno, presidido por José María Barreda, en propaganda institucional, Caballero había asegurado que “con los 15 policías que custodian el cigarral de Cospedal, se podría pagar a diez médicos del hospital de Tomelloso”. Caballero se negó a retirar sus palabras. Visiblemente enfadada, Cospedal dijo que el diputado del PSOE había mentido. Porque “pone en tela de juicio lo que cada uno hace con sus bienes privados. Prefiero vivir en mi casa –añadió– que hacerlo en una vivienda oficial porque así no me la tienen que pagar los castellano-manchegos. Y los gastos de mi vivienda me los pago yo. Es miserable, y quiero que conste en acta, que los diputados socialistas se levanten de este Pleno, porque son copartícipes de la actitud de su portavoz (en alusión al propio Caballero)”. De Cospedal no sintió vergüenza alguna de la forma de vivir en este país con casi cinco millones de parados. Sino, más bien, orgullo y satisfacción.