Revista En Femenino

De crisis laborales, reciclajes y demás comeduras de cabeza (por Ana)

Publicado el 25 marzo 2010 por Imperfectas
De crisis laborales, reciclajes y demás comeduras de cabeza (por Ana)
Yo no sé si es la edad, la sociedad y la época en la que nos ha tocado vivir, o es que estamos tontos de la cabeza (esto es muy posible, al margen de todo, por lo menos en mi caso), pero lo cierto es que llega un momento en la vida en la que muchas personas sufren crisis existenciales... más leves, más intensas, con más movimiento, sin ninguna consecuencia, pero creo que todos experimentamos en ocasiones el deseo de cambiar, de romper con todo y empezar una nueva vida. Nos puede remover la existencia a todos los niveles o en algún aspecto de nuestra parcelada vida, al cumplir los veinte (dios mío, ya no soy tan joven, ahora tengo que trabajar y pensar en el futuro), los treinta (dios mío, ya no soy tan joven, ahora tengo que afianzarme en mi profesión y formar una pareja y/o familia), a los cuarenta (dios mío, ya no soy tan joven, ahora tengo que separarme, o encontrar parejo, o cambiar de trabajo o tener más niños o comprarme un Ferrari..) o a los... Bueno, creo que ya me habéis entendido...
Pero si hay una crisis que últimamente me preocupa (y creo que también a medio país y a nuestra bienintencionada clase política, ejem, ejem...) es la crisis laboral. Mucha gente cambia de pareja, se separa, se divorcia, cambia de casa, incluso de ciudad, tiene hijos biólogicos, los adopta... pero en los momentos que vivimos es casi imposible cambiar de trabajo, por no hablar de cambiar de profesión. Al margen de crisis y temas económicos ¿por qué es tan difícil darle un vuelco a nuestra vida profesional? ¿Existe una edad en la que ya no puedes pensar en reciclarte porque te has especializado tanto que es imposible? Explico de donde vienen todos estos pensamientos que de un tiempo a esta parte rondan por mi cabecita: tengo una profesión bastante estresante y que, desde mi punto de vista, solo se puede ejercer hasta una cierta edad... lo malo es que ahora que estoy llegando a la edad límite que yo considero apropiada, no sé por dónde tirar, cuál puede ser el proceso de reciclaje... Puedo hacer cursillos (ya he empezado y está bien para aprender, pero si no has trabajado en ello cuesta que te llamen) y/o empezar desde abajo en otra cosa... y aquí viene el pero... cuando llegas a una edad estás tan atado económicamente a tantas cosas que no puedes empezar a cobrar el sueldo de un becario, desde la casa al coche y no quiero ni hablar de lo que supone dejarlo todo y empezar de cero si hay niños de por medio que dependen de ti. A mí me encantaría dar el paso, arriesgarme a hacer lo que me gusta realmente y lanzarme a aprender cosas nuevas, demostrar lo que valgo en otro ámbito, pero reconozco que me falta el valor para ello. Admiro profundamente a aquellos que lo hacen (que los hay, por supuesto) porque me parece una de las barreras más díficiles de superar.
Otra cuestión a tener en cuenta es cuando, obligados por las circunstancias, tienes que buscar trabajo de lo que sea (como le ocurre en estos momentos a millones de españoles) y te encuentras con el mismo problema anteriormente descrito. Tengo una amiga supercapacitada, profesional de la televisión, con una personalidad arrollante y un currículum adecuado que lleva más de un año en paro. ¿Qué cuál es el problema? Yo lo tengo clarísimo, que tiene cerca de cincuenta años... Pues bien, está empezando a mandar currículum para trabajar de camarera, panadera o secretaria, y siempre se encuentra con la misma respuesta: no tienes la experiencia suficiente en este campo... Por no hablar de lo que se pide ahora mismo para cualquier trabajo, que el inglés ya tiene que ser tu lengua materna hasta para poner un café (profesión a la que mi padre se ha dedicado toda la vida sin tantos conocimientos) y las nuevas generaciones vienen arrollando y muy preparadas... y cobran y protestan menos que alguien de cierta edad.
Supongo que con un poco de esfuerzo y mucha valentía se puede dar un vuelco laboral a tu vida, pero hoy por hoy, me parece mucho más fácil, aunque quizá más traumático, cambiar de pareja (lo del divorcio exprés ha facilitado mucho las cosas) que de profesión, y con la que está cayendo, los que tenemos trabajo no nos podemos quejar, sería totalmente injusto, y solo podermos decir: “virgencita que me quede como estoy”... hasta que me toque la Loto y me vuelva tan egoista que estos temas pasen a un segundo plano... mira, reciclarse en un nuevo rico no estaría mal, no señor, nada mal...

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