Alguna vez hemos comentado por aquí lo que nos gusta el cristal para el menaje del hogar. A una de nosotras incluso más que la loza o la porcelana, aunque cueste creerlo... De hecho, las dos usamos a diario vajillas de cristal, incluidos varios juegos de tazas y platos de diferentes modelos, adquiridos en mercadillos vintage, y que convierten la hora del café o del te en un momento doblemente agradable. Pues si, el vidrio nos tira, y mucho, y no solo para el menaje... En la decoración de la casa también lo tenemos bien presente; cajitas, jaboneras, vacía bolsillos, porta velas (que otra de nosotras colecciona en ese material)... Hoy queremos aclamar la belleza de su transparencia y su gran versatilidad, para reivindicar el lugar de honor que le corresponde en nuestras moradas.
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¿Mantenéis alguna relación de amor con el cristal?