Hoy cuando los rayos del astro rey apenas resplandecían por la persiana de mi cuarto, a varias cuadras de distancia, se avivaba una dulce y alegre voz que no se apaga ni con la llegada de 86 años.
Era mi abuelita Ofelia, una hacedora de esperanzas, dispuesta siempre a defender valores como la solidaridad, el humanismo, la hermandad, la honestidad, el desinterés, a defender sus principios, su convicción política, sus deseos de mantener siempre latentes las ideas de Camilo y el Che con los que compartió su casa, del Comandante Almeida que no olvida y de los guías indetenibles de la Revolución cubana Fidel y Raúl.
En esta jornada sabatina de verano constantemente sumando alegrías festeja en familia mi indetenible abuela su cumpleaños 86 rodeada del amor y cariño de todos sus frutos.