El hotel de Malta, un pequeño paraiso para disfrutar, pero sobre todo descansar
Llevo ya cerca de las 100 horas de vuelo en el ATR y he de reconocer que me gusta más de lo que yo pensaba. Es un avión divertido y que te permite pilotar, cada aterrizaje es un reto, viento cruzado, pesos altos o el paso de la hélice que a veces hace cosas raras...cada avión también es un mundo y eso lo hace también entretenido.La oficina al llegar
Estoy aprendiendo mucho y creo que he tenido mucha suerte con los instructores que estoy teniendo. Si todo va bien en cuestión de días podré soltarme y ya volar sin instructores. Me da mucha confianza volar con instructores pero también debo volar sin ellos, pronto lo haré.Aproximación a la pista 10 de Alicante, un bonito amanecer
Hasta ahora he tenido varios destacamentos. Colonia para volar a Malta, Marsella para volar a Túnez, Barcelona para volar a Argel y el resto vuelos de pasaje para Air Europa. Me gusta que haya variedad, cada ruta no tiene nada que ver con la otra. Es curioso eso de salir de un lugar frío y llegar a África y tener calor. Uno de los destacamentos que creo que recordaré siempre será el de mi primera vez en Colonia, dónde coincidí con compañeros e instructores y pude hacer deporte, conocer Colonia e incluso bañarme en el mar en Malta.Malta al llegar a primera hora de la mañana
Casi 5 horas de vuelo nocturno, en un horario que machaca el cuerpo de cualquiera, pero que te permite ver amanecer de camino a Malta y sobrevolar hasta 6 países diferentes. Al llegar a Malta casi no sabes ni quién eres, desayunas y descansas, para luego tratar de hacer algo, comer y de vuelta a Colonia. El destacamento fue agotador, pero mereció mucho la pena.Malta antes de salir por la tarde
Vuelo en ultraligero con controladores aéreos
Túnez desde arriba
Nápoles y el Vesubio dando sombra a la ciudad
El avión del presidente francés
Mi paso por Barcelona fue fugaz, aunque en el hotel me dio tiempo a darme un baño turco, al día siguiente descubrí que necesitaba un visado para poder salir en Argel del aeropuerto al hotel que la compañía no me había sacado...de modo que otro día entero en una sala VIP aún peor que la de Túnez. No me hizo mucha gracia aquello. Pero no todo fue malo ni mucho menos, días antes había tenido la oportunidad de volar en Casarrubios, donde he vuelto de instructor en mi tiempo libre, con controladores aéreos. Mi sorpresa fue que despegando de Barcelona me saludaron por la radio y nos dieron un recorte en la ruta que nos permitió recortar unos minutos. Siempre se agradece.Volar con pasajeros también ha sido una experiencia, hay que ser más pulcro en los procedimientos, más suave en el vuelo manual, especialmente en despegue y aterrizaje. Pero volar con dos tripulantes también hace el vuelo más ameno. Cumplir con los horarios también se vuelve algo más importante, todos cuando volamos queremos hacerlo en la hora programada.En definitiva, estoy contento, los comentarios de los instructores sobre mi progreso son muy buenos y eso me anima mucho. Me siento cómodo en el avión. Y me lo paso bien.También es cierto, que mientras escribo estas palabras ya soy consciente de que mi final de año va a ser de nuevo...movido. Aún no sé cuánto movido será pero movido...seguro.Pero hasta que todo eso ocurra, tengo por delante una suelta en el ATR y un buen puñado de vuelos en los que seguir aprendiendo y disfrutando.Buenos y seguros vuelos, vamos con el dos en modo hotel ✌️✊Volar al atardecer deja imágenes espectaculares
Los Alpes desde la zona Este
Primera vez cargando algo de hielo
Sombra del ATR en las nubes
P3 Orion saliendo de Palma