Vamos a empezar contando algo que he contado muchas veces por aquí: en mi cama somos 4. Y tan contentos y convencidos con nuestra particular opción familiar, aunque nos costó al principio hacernos a la idea que era y es algo “tabú”. Porque al final el colecho es una opción familiar, puedes estar a favor o en contra, puede convenirte o no.
Podría enumerar montones de beneficios del colecho, pero al final es una elección de cada familia si lo practica o no. Como el porteo, la lactancia materna extendida, y tantas otras cosas. Lo que me impacta es que parece que no somos libres de decidir lo que creemos es mejor. Socialmente, hay presiones.
Si hablamos de porteo, por suerte cada vez se conocen más los beneficios y se extiende su uso. Pero todavía no nos libramos de las archiconocidas frases “déjalo en el cochecito que sino se acostumbra” “si se duerme siempre en brazos después no sabrá dormir de otra manera” “¿no está un poco grande para ir en mochila/en brazos?” El cochecito es súper útil en muchas ocasiones…pero como en brazos, en ninguna parte!
Si hablamos de lactancia, no necesito decir que la lactancia materna es tan esencial que no debería haber detractores. Si no se puede por el motivo que sea, a un bebe alimentado con biberón no le va a pasar nada malo, por supuesto!. Pero que la lactancia materna (a demanda) es lo mejor para el lactante esta claro ¿o no? Pero entonces me paro a pensar… en todas esas consultas que antes de los 6 meses ya te recomiendan que empieces con la comida, en todos esos pediatras que te imponen horarios que no ayudan en nada a la lactancia, y en todos esos profesionales de la medicina que: si el bebé llora mucho, tiene cólicos, no sube de peso “como la media dice” que debe subir, o cualquier otra cosa…le echará la culpa a la lactancia y te prescribirá leche de fórmula. Pero es que vayamos más allá y pensemos una cosa…¿en cuántas películas aparece un bebé lactando?
Con el colecho…tampoco es nada fácil hacer frente a comentarios de conocidos (¿cuántas familias habrá que no reconozcan en voz alta que colechan preocupados por el “qué dirán?”), pediatras (sí, los pediatras también te dicen cuánto tu bebé tiene que pasar a su propio cuarto…aunque no sé que relación tiene con la medicina), y si cosechas con niños creciditos hasta los profesores del colegio pueden meterse en el tema (aunque nadie les pregunte ni afecte al rendimiento escolar!)
Pero no es solo presión de pediatras, familiares o amigos lo que recibimos. Los pequeños también reciben mensajes indirectos…de sus dibujos animados favoritos!
Estaba yo sentada con la pequeña terremoto viendo Peppa y me dice “mira, Pedro Pony duerme solo en su habitación. tiene una cama muy pequeña y su mamá no cabe con él” A lo que yo, pensando que podría ser una indirecta, le pregunto “tu también quieres una cama para ti sola?” “no mamá, yo duermo contigo. Pero pobre Pedro él duerme solito”
Puede ser tu opción familiar, podemos estar muy cómodos con nuestra elección…pero ni la tele, ni los juguetes, ni los profesores, ni muchos otros, dejan que los niños se sientan cómodos con esta opción, como si fuera algo malo. Y no señores, no lo es. No le hace daño a ningún niño compartir habitación con sus padres. Ni a los 3 meses, ni a los 3 años. Si quieres colechar, no hay nada malo ¿por qué parece que haya que decirlo bajito, que haya que excusarse o dar explicaciones?
Ya contaba hace unos meses que la terremoto mayor un buen día decidió que quería irse a dormir a su cuarto. Lo cual nos pareció bien. Pero nos hubiera parecido mejor si hubiera sido una decisión suya, no presionada por comentarios que le hacían otros adultos de fuera de la familia. Al final, el resultado fueron semanas de mal dormir porque se volvía a despertar muchas veces por la noche, de dormir los 4 en una cama (ella tiene su colchón en el suelo junto a nuestro) y terminamos…como estábamos antes. Ella no dormía a gusto, no era ella la que había decidido cambiarse de cuarto. Alguien le había dicho que era muy mayor para dormir con nosotros.
Creo que en la crianza algo está cambiando, estamos volviendo a una crianza más de piel, más cercana y más natural. Pero hay mucho que hacer. Muchos tabúes por romper, mucha vergüenza que perder, muchos prejuicios que borrar, y muchas películas por rodar donde las nuevas opciones de crianza se vean reflejadas. Muchos muñecos que fabricar que lo contemplen (Ya he visto cunas de colecho para muñecas, y portabebés para muñecas) Mucha información, quizá no solo de los canales tradicionales. Tenemos que dejar de escondernos y poder defender orgullosos las opciones que escojamos. Pero ¡ojo!, sin juzgar a la del vecino, que igual quiere o necesita algo completamente opuesto a lo nuestro, y no por ello está mal. Información y elección, que somos todos distintos y en cuanto a gustos “no hay nada escrito”. Pero que sea por eso, por nuestra elección no por el qué dirán. Creo que vamos por buen camino, pero también que falta mucho por recorrer…
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