Revista Opinión

De dimisiones y agresiones en el Salón de Plenos

Publicado el 20 abril 2013 por Jangas

Constantemente vemos, sentimos y leemos en los medios de comunicación, críticas a lo que hace tal o tal político no es ético; y como estas críticas son intercambiables, la conclusión a la que llegan la mayoría es que nada(o casi nada) de lo que hacen los políticos lo es. El resultado de todo esto desemboca en una desvalorización de las palabras ‘político’ y ‘política’.
Ética y filosofía política
Fco. Fernádez Buey

La imagen del Ayuntamiento de Palencia con gente aplaudiendo la entrada de la concejala por parte de las juventudes del partido popular es indigna para la ciudadanía palentina. El comportamiento de la concejala no está bien, por mucho que ella misma no lo reconozca y el partido popular de Palencia no se haya pronunciado rotundamente sobre el tema. Si bien las declaraciones del alcalde y los últimos actos públicos donde no aparece la concejala, dejan entrever una cierta falta de apoyo, creemos que en estos temas hay que ser tajantes. El modelo que aplica el presidente Rajoy tampoco es válido para Palencia, no tomar decisiones no es tomar decisiones sino no tener el coraje político para recriminar a concejales de su propio partido. Cuanto más tiempo pasa más grande se irá haciendo la bola y más perjuicio para la ciudad, el Ayuntamiento y para el partido popular.

Desde el punto de vista ético solicitar una ayuda orientada a personas con ingresos ínfimos falseando la documentación está mal y la ética no entiende de cantidades, quien tiene ese comportamiento en lo pequeño lo tiene también en lo grande, sobre todo si la actitud de respuesta, al conocimiento por parte de la gente, es la soberbia en lugar de el reconocimiento del error y la petición de disculpas. Es una concejala que está gobernando en nuestra ciudad y tiene un presupuesto para las áreas de su responsabilidad. Humildad y política tienen que ir de la mano y el comportamiento de la concejala ha sido de echar balones fuera, culpabilizando primero a los sindicatos, a la oposición o a los trabajadores del servicio público de empleo.

Por suerte, dicho comportamiento ha sido reprochado por parte de la Directora del Servicio público de empleo diciendo que la concejala había mentido en la presentación de la documentación ya que había notificado que no tenía ingresos y que se comprometía a comunicar cuando los tuviera.(Si la solicitud fue el día 20 de febrero, el día 28 cobraba las indemnizaciones por parte del Ayuntamiento.)

La transmisión de valores que se hace desde el Partido Popular a la ciudadanía con este caso es vergonzosa. No se puede aplaudir este tipo de conductas. Uno puede entender, que no quieran que se debata la moción sobre la dimisión de la concejala porque no le interesa al partido que la sustenta, cierta complicidad también es comprensible entre sus filas aunque siga siendo reprochable por quienes planteamos una conexión implícita entre política y ética, más estrecha, si cabe, en los cargos públicos.

Crear un forofismo de partido en lugar de una estructura crítica con nuestros propios representantes, exigirles un respeto a la democracia y a la decencia en el comportamiento como una ética de mínimos me parece fundamental. Defender, con el argumentario del partido, el comportamiento de alguien aunque esté mal, es más propio de una secta que de un partido. (Teniendo en cuenta siempre la presunción de inocencia, no cayendo en la petición de dimisión porque sí, ni en una actitud exclusivamente populista sin pensar en la persona.)

Hablar de imagen de ciudad como hace nuestro Plan estratégico y defender una conducta que está haciendo mucho daño a nuestra ciudad, nos parece una paradoja inadmisible y que expresa claramente la contradicción entre lo que dicen y lo que hacen quienes gobiernan el Ayuntamiento de Palencia. No se trata de que la retiren de los actos públicos durante un tiempo prudencial para que, una vez terminada la tormenta mediática y social, vuelva a realizar las mismas funciones que hacía antes, se trata de un comportamiento que la perseguirá durante toda la legislatura y al partido popular también puesto que se ha hecho cómplice.(Y que cuestionará las decisiones que tome en el ámbito de sus responsabilidades).

Centro Cultural Miguel Hernández
Como son indignos los comentarios de quienes identifican la convocatoria del partido popular a apoyar a la concejala con la convocatoria de la Asamblea en defensa del Espacio Cultural en la Antigua Cárcel(ADECAC). No es lo mismo reivindicar un Espacio Cultural en un espacio que fue pensado, diseñado y orientado para ello, reivindicar que el Centro Histórico de la policía nacional no vaya a la Antigua Cárcel, que es un ejercicio democrático, a reivindicar un comportamiento inmoral por parte de una concejala que, sigue obcecada en echar las culpas de todo al Servicio Público de Empleo. Izquierda Unida y sus militantes participaron en la convocatoria de ADECAC al pleno como participaron en la elaboración de una moción en defensa de ese espacio cultural, estuvieron en el pleno reivindicando que el Archivo policial no vaya a la Antigua Cárcel, que se le busque otro emplazamiento.

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De ahí pasamos al hecho todavía más reprobable del compañero de la concejala, quien al finalizar el pleno al que había sido convocado por el partido popular, como el resto de miembros de nuevas generaciones, para apoyar a la concejala, agredió a uno de las personas que se encontraban en el Salón de Plenos, con un comportamiento ya no incívico sino violento y totalmente fuera de sí. Posteriormente, cuentan que insultó e intentó agredir al portavoz del PSOE, lo cual yo no pude presenciar porque me quedé arriba con el primer agredido.

Justificar esa agresión diciendo que le habrían provocado el resto de personas presentes en el salón me parece también despreciable, no podemos estar en contra de unas violencias y no de otras en función de nuestros intereses personales o nuestras afinidades afectivas o de partido.(La agresión fue mayor que el empujón a la empleada del Mercadona) Mi versión de lo que sucedió es que al finalizar el pleno, me acerqué a un grupo de militantes de IU para charlar con ellos. Los y las simpatizantes del partido popular se habían levantado para aplaudir a la concejala de juventud y una mujer les recriminó: “aplaudís la corrupción”, un señor dijo que aplaudían “lo que nos sale de los cojones”, a lo que el agredido le espetó:”chulo” . Pasando la pareja por encima de unas sillas y dirigiéndose hacia la persona que lo había dicho para golpearle con un puñetazo en el pecho, que le dejó desorientado, ya que su estado de salud es delicado.

La actitud violenta de su pareja achacando esa actuación a que ha estado sometido a una gran presión, lo cual no dudo, aunque creo que la reacción de la concejala ha complicado más el problema. Quienes comprenden esta situación, comprenderán también  a la gente que ha perdido sus casas debido a problemas con su hipoteca o a los estafados por las preferentes,  que también están sometidos a una gran presión y se encuentran en situaciones límite, que en algunos de los casos han terminado en suicidio. La diferencia es que en el caso de la concejala la responsabilidad para solucionar el problema está en sus manos asumiendo su responsabilidad y dimitiendo y en los otros casos ha sido la gran banca la que ha sido culpable y el error ha sido confiar en alguien o perder el empleo.

Mi crítica a la concejala es política y para que reflexione y piense seriamente dimitir de su cargo. Debate en las ideas y respeto a las personas, aunque critiquemos sus comportamientos.


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