A vueltas con el libro de Spinoza de Frederic Lenoir. Una crítica la religión organizada: cuando los prejuicios se convierten en supersticiones y todos piensan que han de honrar a su dios para que les haga caso.
Un paso similar al que cuenta Harari: el ser humano moderno pasó del animismo al politeísmo. De ahí al henoteísmo (un dios principal, como Amón o Zeus) y luego al monoteísmo (Atón, Ahura Mazda)
Y es que, con la revolución neolítica, hace unos 12.000 años el ser humano comenzó a sedentarizarse. En aquel momento y poco a poco, "el hombre dejó de considerar que la naturaleza estaba encantada y poblada de espíritus, y reemplazó esos espíritus por los dioses de la ciudad, a los cuales rendía culto con el fin de obtener protección contra sus enemigos y la ayuda que necesitaba para vivir", como señala el autor en la página 91 del libro.
Los dioses, esa forma de conseguir que los niños duerman tranquilos las noches de tormenta...