Revista Comunicación

De editores, escritores, libros…

Publicado el 05 mayo 2015 por Jamesnava123

Definitivamente, el mundo está viviendo una transformación en el sector editorial provocada por la irrupción de la era digital. En este nuevo entorno, el papel del editor se está redefiniendo y debe adaptarse a las circunstancias que afectan a la industria editorial y a los cambios sociales, económicos, educativos y culturales que tienen lugar en todo el mundo, con características propias en cada país.
Los retos más importantes que afrontan los editores son las posibilidades que abren las nuevas tecnologías, la visibilidad en un entorno saturado de libros, aumentar los estándares de calidad, la piratería y la defensa de los derechos de autor. Si concretamos por áreas geográficas, los editores en español afrontan la necesidad de desarrollar estrategias viables que hagan posible la expansión internacional del libro en lengua española, que es uno de los productos culturales más exportables que tienen España y los países latinoamericanos. Llegar a los lectores es otro desafío formidable, tanto a través de las librerías físicas, como de las librerías online, unas plataformas en las que deberán aumentar la presencia y que están llamadas a sustituir en gran medida a las librerías físicas.
Apenas se habla de ello, pero es un desafío de primer nivel la creación y el cuidado de nuevos lectores, que es una tarea que compete en gran medida a los editores con propuestas literarias de calidad, innovadoras y atractivas. Es suma, potenciar la lectura y la compra de libros es vital para el sostenimiento de la industria editorial a largo plazo. Es importante el detalle: compra y lectura. La labor de divulgación en torno a la necesidad de comprar lo que se lee es fundamental para enlazar con el otro gran reto: la protección de los derechos de autor.

Se protege lo que se lee mediante algo tan sencillo de entender como pagar el importe de su coste. Pedagogía. Esta es la clave para formar lectores respetuosos con la propiedad intelectual. Pedagogía que empieza en la escuela y debe continuar toda la vida a través de campañas divulgativas y de concienciación. Solo así se podrá eliminar la piratería masiva.
Los editores deben recuperar la esencia de la profesión, a saber: seleccionar, filtrar y poner a disposición de los lectores obras con valor literario y comercial, respetando la variedad de perfiles de los lectores y no apostando todo a las modas literarias, y potenciando por tanto una pluralidad en la oferta de contenidos.
Como ha sucedido en todos los órdenes de la vida, las nuevas tecnologías han hecho viables opciones impensables hace sólo diez años, que se concretan en el mercado del libro con la expansión de los ebooks. Los editores necesitan valorar su adaptación a este medio, asumir este formato cuando les sea económicamente rentable y adaptarse a un entorno en el que las relaciones con los lectores se han vuelto más cercanas y rápidas gracias a las redes sociales.
Si hay algo que editores y lectores deben tener claro es que la convivencia de libros digitales y libros impresos es ya una realidad, y que cada uno debe tomar sus propias decisiones sobre qué formato utilizar para editar y leer.

La figura del editor necesita adaptarse a los cambios tecnológicos, cierto, también cambiar muchas de sus viejas actitudes y comportamientos, afrontar los retos y abrir la mente, pero hoy se hace necesario para que ejerza ese papel de selección, de criterio profesional que permita publicar obras para lectores que buscan calidad. El editor debe actualizarse, pero sigue siendo ese filtro necesario que imponga criterios de calidad en la publicación de libros.
Actualmente, los editores independientes, que buscan la innovación, que apuestan por las nuevas voces literarias y saben moverse en el mundo de las nuevas tecnologías, son los que aportan mayor creatividad y diversidad cultural. Los contenidos de los libros son los que marcarán el éxito o el fracaso, no las políticas de descuentos, las ofertas en los precios, las grandes cadenas comerciales o las grandes campañas de comunicación. Con lectores cada vez más y mejor informados, con acceso a librerías físicas y online, es una realidad que los libros de calidad serán los que terminen llegando a las estanterías de casa.
La lucha contra la piratería, un hábito de consumo cultural muy extendido, causa un evidente perjuicio económico, inhibe la compra de libros y perjudica gravemente la industria editorial, su viabilidad económica y compromete el futuro de los autores. Por eso su erradicación o disminución, seguirán siendo un objetivo imprescindible. La defensa del copyright, que se sabotea impunemente, es otra de las batallas inevitables, así como la devaluación de los productos culturales y de sus creadores o productores, al extenderse la etiqueta del "todo gratis".
Nos encontramos en una encrucijada de la que surgirá el nuevo entorno en el que nos moveremos los editores, los escritores y los propios libros.



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