Cuando era más joven, viví en la que dicen es la ciudad con la mayor calidad de vida de España.
Llegué sin conocer a nadie, ni haber pisado por allí nunca, y me marché, algún tiempo después, llorando. Lloraba porque no quería marcharme.
Guardo grandes recuerdos de aquella ciudad, de su gente, de sus costumbres, de su gastronomía, y no puedo evitar emocionarme al pensar en ello.
Hace unos días leí una noticia que me hizo recordar y volver a sentir añoranza.
La ciudad que tanto echo de menos es Pamplona.
Si no la has visitado, debes hacerlo, pero hoy no voy a contarte cómo es imposible perderse allí, ya que siempre aparece un pamplonica dispuesto a echarte una mano, tampoco te voy a hablar de sus jardines en perpetua primavera, hoy te quiero enseñar cómo han reconvertido una estación de autobuses, en un parque infantil cubierto.
Mientras estuve viviendo en Pamplona, tuve que coger varios autobuses, y siempre me llamó la atención la estación, por eso ver el nuevo uso que le han dado a las dársenas para el divertimento de los peques, me ha parecido sensacional.
Ahora la antigua estación de autobuses de Pamplona, ni es antigua, ni es una estación.
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