Las cuatro Méridas del mundo.
Colocarse con emoción un gorro, bufanda y guantes invernales en la tropical Venezuela y más para una niña ilusionada con ver la nieve por primera vez, no es cualquier cosa. Eso pasó cuando fuimos de vacaciones a Mérida y comenzamos a subir al teleférico más alto del mundo también llamado Mukumbari. Desde la cabina que se iba elevando podíamos ver la montaña cubierta con frailejones, una planta endémica de Venezuela, que con sus hojas vellosas y gruesos tallos, parecía cubrirse con un abrigo del frío y el viento. Luego pudimos apreciar la ciudad de Mérida. Desde la altura y acunada entre la sierra de la Culata y la Nevada, como una meseta, asemeja un nacimiento navideño con sus casitas, donde sobresale su casco histórico con el Palacio Arzobispal, el Palacio de Gobierno, la Catedral y la Universidad de los Ándes. Esta última tan importante que ha convertido a esta ciudad en Capital estudiantil. La guía turística iba explicando sobre la fundación de la ciudad por el español (originario de Extremadura) Juan Rodríguez Suárez en 1558. Íbamos ascendiendo el Pico Espejo y no muy lejos el más alto, el pico Bolívar y las otras tres cumbres que conforman la cordillera andina. Recordé la leyenda de Tulio Febres Cordero sobre las cinco águilas blancas petrificadas como picos nevados y me pareció ver a la india Caribay corriendo entre los páramos.
Entre estación y estación hay que perdurar un tiempo para “acostumbrarse” a la altura, y en una de estas paradas mi madre que es española me contó que el nombre de la ciudad provenía de la Mérida en Badajoz.
— La de Extremadura es la original —me explicó— los conquistadores, muchos de ellos extremeños, iban colocando nombres a las ciudades y por supuesto recordaban a sus ciudades patrias. Su nombre deriva del latín Emerita que significa jubilada o veterana y fue el emperador Augusto 25 AC quien la nombró Augusta Emerita. Es ciudad Patrimonio de la Humanidad, su Teatro Romano tiene más de 2000 años y aún está en uso. Desde hace más de 65 años se celebra allí el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. El “Emérita Lvdica” es un festival de recreación histórica y durante esta fiesta se pasean por sus calles, sobre el Puente Romano, entre las paredes de piedra de su anfiteatro y en el Templo de Diana, imitadores de soldados romanos y gladiadores.
Fue después, “desdibujando fronteras” y caminando por el mundo, que aprendí sobre las otras dos Méridas, la de México y la de Filipinas.
En la Mérida extremeña, junto a la Alcazaba está el parque de las Méridas del Mundo. Allí hay un monumento que dice “A las ciudades hermanas de las Méridas del mundo”, refiriéndose a las 3 ciudades homónimas de la Mérida española. Ellas son la de México, la de Venezuela y la de Filipinas. Las cuatro Méridas están repartidas en 3 continentes.
La Mérida mexicana, es la capital de Yucatán, uno de los 32 estados federados de México. En 1542, cien familias españolas, en su mayoría emeritenses fundaron una nueva ciudad donde se encontraba la abandonada ciudad maya de T’Hó, las piedras de las edificaciones mayas medio derruidas les hizo recordar a las ruinas romanas de Mérida, y por eso le dieron el mismo nombre que la ciudad extremeña. Para comprender su cultura es bueno visitar el Gran Museo Maya de Mérida. Circundan a esta ciudad 18 zonas arqueológicas, incluyendo a Chichen Itzá y Uxmal con sus pirámides y sus espacios para los juegos sagrados de la pelota. También están los Cenotes que son pozos de agua fresca y cristalina que puedes conseguir entre cuevas de piedra y en donde te puedes bañar. Esta ciudad está rodeada de pueblos mágicos como Valladolid, Izamal con sus casas amarillas y Dzibilchaltún en donde se encuentra el templo de las siete muñecas, impresionante porque durante el equinoccio, al entrar el sol por una de sus puertas se ilumina la ciudad entera. Su centro histórico y colonial corresponde a los siglos XVII y XVIII. Su Catedral, su Plaza Grande, el Palacio Municipal así como la Casa de los Montejos, el Paseo de Montejo o el Monumento a la Patria, entre otros, son puntos de sumo interés. A finales de octubre se celebra el Hanal Pixán o Día de los Muertos. Siguiendo la tradición maya se preparan altares con fotografías y alimentos para ofrecer al alma de sus seres queridos fallecidos. La noche del 31 hay un gran desfile desde el cementerio a la ciudad donde muchos llevan la cara pintada como catrinas.
La Mérida filipina, ubicada en la provincia de Leyte. Fue fundada en 1857 por Domingo Fernández Ember. Destacan sus festivales de cine, el festival Pintados que conmemora la cultura, la historia de la región y su pasado español, así como sus talleres de artesanías y sus bellísimas playas, cascadas y jardines tropicales. La agricultura y pesca mantienen la región y su patrono es San Isidro labrador.
A pesar de sus diferencias geográficas y culturales, las cuatro Méridas comparten un vínculo único: el arte como motor de cambio y expresión. A través de sus calles, plazas y museos, estas ciudades nos recuerdan la importancia de la creatividad y la imaginación en la construcción de un planeta más vibrante y enriquecedor. Y todo esto pude asimilarlo con la misma emoción de aquella niña abrigada como un frailejón que se subió en el teleférico más alto del mundo para maravillarse del mundo en que nos tocó vivir.
En la foto mi prima Naibel Pérez Castro, en el monumento Las Méridas del mundo en España, junto a su hijo y su nuera. Lleva puesto un gorro en el que se lee Mérida, comprado en la Mérida de Venezuela.