Todos los años, por estas fechas, voy a Madrid, para participar en el Maratón; participo desde el año 2000 ya que para mí es una cita habitual dentro de mi plan de entrenamiento (no como competición sino como un rodaje largo). Y desde hace seis años soy, uno de los guías de dicho Maratón ya que mi club se ocupa de prestar dicho servicio. Para ello llevamos un precioso y gran globo azul, que pesa un montón… (lo digo porque algunos piensan que “volamos” al portarlo jeje) con un tiempo marcado en él para que los corredores sepan a qué ritmo van a ir a lo largo de la carrera.
Foto oficial de los guías 2014
La labor del guía, es como imaginéis, una referencia: llevar al corredor hacia la Meta en un tiempo determinado, sino también aconsejarles, orientarles y animarles. Muchos corredores cuando se enfrentan a esta distancia por primera vez les da miedo ir, o más rápido o más lento y ahí es donde nuestra labor es importante.
Bien, yo me encaminé hacia los Madriles, el viernes por la tarde, llegando con el tiempo suficiente, como para ir directamente a la Feria del Corredor, que por cierto, este año me ha parecido mucho mejor que años anteriores: más espacio, casi 100 stands, más luz natural… recogí el dorsal lo primero, y nos fuimos mi marido y yo hacia el stand donde mi club daba la información sobre los tiempos a seguir en carrera. Nos encontramos con un montón de gente conocida a la que saludamos.
Ya el domingo día del Maratón, madrugamos y nos fuimos muy pronto porque mi marido es el encargado de hinchar los globos de las tres carreras: Maratón, Media maratón y 10km. Eso me da a mí tiempo para relajarme antes de la salida (vamos lo que se dice ir con tiempo jejeje); además yo este año no dejaba nada en el ropero que por cierto, estaba ubicado a unos 1500m de salida y eso molesta a algunos que dejan la ropa en el último momento.
La salida este año también la he visto mejorada (la carrera de 10km salía 30′ antes que las otras dos) por lo que no he notado tantos empujones a la hora de ponernos en nuestro lugar de salida; creo que la gente este año se ha colocado en los cajones que les ha asignado la organización y eso también ha facilitado nuestra labor de guías. Hemos salido tres compañeros juntos con un globo cada uno, y desde el principio hemos cogido el ritmo adecuado; este año no nos ha tocado ir recuperando el tiempo de desfase de la salida, es más, hemos hecho un “colchón” de unos 4′ durante toda la carrera para compensarlo en los últimos kms que son cuesta arriba y más larga que otros años, y donde los corredores van medio axfisiados sin fuerzas y medio desorientados y si a eso le sumamos si calienta… pues imaginaros. Nosotros estamos obligados a llegar en tiempo oficial, es decir, entrando el reloj en Meta tiene que marcar el mismo tiempo que el tiempo marcado en el globo. De ahí que vayamos más de un guía por tiempo, porque siempre puede “pinchar” alguien.
Durante el transcurso de la carrera, los patinadores ofrecen vaselina y reflex, se aconseja a algún que otro corredor (no sé por qué llevan una mochila llena), nos saludamos con conocidos que nos adelantan, nos reímos con gente que va disfrazada de muchas historias (el que va siempre de novia, la rusa que corre con el traje tradicional de su país, cperucita roja, tortuga Ninja, Superman, chicas con tutú, jeje de hecho uno de mis compañeros iba disfrazado de Groucho Marx…), de esta manera a todos se nos hace mucho más corto el tiempo.También nos acompañó la temperatura este año, pues que aunque la salida fue fresquita, a lo largo de la mañana no pasó de unos 20º – 21º máx., cierto que hacía un poco de airecillo que provocaba que alguna vez se enredasen los globos, pero el resto… genial.
La llegada tras casi 20 años corriendo, sigue siendo espectacular y poniéndose los pelos de punta cuando ves a la gente de Madrid eufórica animando a todo el mundo, cuando durante el recorrido ves a familias con pancartas de ánimo hacia alguien, cuando lees en una camiseta de un corredor que va delante de tí que lo hace en solidaridad con alguien o por una causa o en memoria de alguien, cuando los niños a unos 200m de Meta se cuelan al ver a sus padres y entran con ellos de la mano, cuando ves a los debutantes con lágrimas en los ojos porque no se creen que han podido terminar una distancia tan mítica y que tanto respeto impone, cuando ves a alguien con una minusvalía que está llegando feliz tras gran esfuerzo, cuando ves todas esas “risas nerviosas”… ¿qué más puedo deciros? Seguro que me entendéis y ¿sabeis? yo.. el año que viene volveré a ser uno de los guías del Maratón de Madrid.