Esta semana ha sido de homenajes. Benditos sean los homenajes. Nos permiten revisitar lugares que admiramos en los que nos gustaría vivir.
Estos homenajes son la mejor manera de recuperar a clásicos y mirar desde el presente al pasado. Apuntan una manera de entender un estilo o un director.
El primer homenaje viene de la mano de Brad Bird. Se trata de una secuencia animada que iba a aparecer en el montaje de Tomorrowland pero que finalmente fue omitido. La animación recuerda a la imperante en el periodo de entreguerras y al de propaganda estadounidense durante la segunda guerra mundial.
Un joven estudiante de animación nos ha sorprendido con un precioso homenaje a Studio Ghibli. Lo tiene todo: los paisajes, la fantasía, los héroes, el estilo. Perfecto.
El tercero es el que más ha dado que hablar estos días. Son los ochenta en estado puro.