De jefe a persona. Lo que necesitamos es que alguien escuche con empatía. A veces no hace falta nada más

Os pongo en situación…
Imagínate que recibes una mala noticia: después de un proceso largo de pruebas diagnósticas, te confirman que tienes cáncer.
La temida palabra.

Tienes miedo. No sólo por lo que te acaban de decir, sino por lo que va a pasar con tu vida profesional. Con temor hablas con tu responsable, no sabes cómo va a reaccionar. Tienes muchas dudas, pero al final lo haces. A fin de cuentas, él ha estado al tanto de todo el proceso.
¿La sorpresa? 0 escucha empática. No avanzamos de la primera posición perceptiva (desde el Yo)… y al cabo de un rato, menos mal, se alegra de que estés bien y te lo hayan pillado a tiempo. Y ya. Súper.

Esto es real. Puedes ser tú que estás leyendo. Puedo ser yo o la persona que tienes al lado mientras vas en el tren. Está pasando más a menudo de lo que somos conscientes.

Esto me lleva a plantear una serie de preguntas:

 ¿Cuántos de nuestros mandos están preparad@s para la escucha empática?
 ¿Cuántos tienen las herramientas para atender como es debido en conversaciones críticas con colaborador@s que atraviesan un diagnóstico de cáncer, una pérdida familiar o un accidente de tráfico?
 ¿Formamos a nuestros managers / responsables en este tipo de habilidades?
 ¿Entendemos dentro de nuestro modelo de liderazgo esta sensibilidad y estilo de comunicación?

Muchas empresas no tienen definido un protocolo de seguimiento cuando una persona está de baja.
¿Dejamos de preocuparnos por esa persona? ¿Deja de ser parte del equipo? ¿O simplemente no sabemos cómo preguntar cómo está sin “meternos en camisa de once varas”?

Las personas somos más que un diagnóstico, más que una enfermedad… somos personas por encima de todo y queremos que nos vean como tal.

 Y si eres mando o responsable y te pasa algo así… lo que puedes hacer es:

1. Escucha antes que hablar. No intentes dar soluciones rápidas, valida primero la emoción.
2. Muestra presencia. A veces basta un “estoy aquí para lo que necesites” sincero.
3. Separa persona y rol. Esa persona no deja de ser parte del equipo por estar de baja. Hazle saber que sigue contando.
4. Mantén el vínculo con cuidado. Pregunta cómo está, no cómo va la baja. Es diferente.
5. Busca apoyo si lo necesitas. No tienes que saberlo todo: RRHH, psicólogos o formaciones en comunicación empática somos aliados.

Queremos empresas humanas.
Necesitamos empresas humanas.
Con líderes que sepan escuchar empáticamente y promover una seguridad psicológica NECESARIA para la recuperación de cualquier diagnóstico, físico o emocional.

¿Y tú qué opinas? ¿Cómo escucharías en el caso de que fuera una persona de tu equipo?

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