De la adolescencia y de los mejores años de nuestras vidas.

Hace un par de días, vi que una vieja amiga del instituto había subido una foto de aquellos años al facebook y que algunos de mis antiguos compañeros la había comentado, refiriendose a esa época como la mejor de sus vidas.
Esto me ha hecho volver atrás en el tiempo, recordar mi adolescencia, mi vida en el instituto. Y he descubierto que recuerdo esa etapa de mi vida con una gran mezcla de sentimientos.
Por una parte tengo recuerdos muy bonitos. Las primeras experiencias, la "relativa" libertad y falta de responsabilidad de esos años, viejos amigos, etc.
Pero por otra parte, lo que mas recuerdo de esa época es un sentimiento continuo de búsqueda, de querer y no poder, de inconformismo, de negación. 
Ahora, viendolo con distancia y con la perspectiva que me dan los años, me doy cuenta de que mi adolescencia no tuvo nada de particular, pero a la vez fue única.  Y me doy cuenta de que lo que me angustiaba en aquella época era tener la sensación de que no encontraba mi sitio en el mundo...Supongo que en ese momento empecé a buscar respuestas y a tratar de encontrarme a mi misma, pero no tenía ni puñetera idea de quien era.
Por otro lado, recuerdo esos años como la "época de las mascaras". Aunque me negara a reconocerlo, para mí era fudamental la aceptación de mis amigos y compañeros. Vivía "hacia afuera" y, por lo tanto, tanto mi aspecto como mi comportamiento sufrían cambios de lo mas espectaculares según fuera mi entorno. He de decir a mi favor que ciertos valores y formas de pensar las tuve siempre muy claras, pero en otros aspectos de mi vida el cambio era constante, de manera que en ocasiones ni yo misma sabía quien era.
Me aterrorizaba tanto que la gente me conociera tal y como era y guardé tan bajo llave mis verdaderos sentimientos, que el rescatarlos y reconocerlos como propios está siendo un trabajo realmente duro. 
Han pasado los años y me quedo con lo mejor de mi adolescencia: con los buenos momentos y con los grandes errores que me han hecho aprender... pero no puedo decir que fuera los mejores años de mi vida.Fueron años preciosos y únicos, pero cuando miro atrás no me reconozco. En la adolescencia empecé a hacerme ciertas preguntas a las que ahora, muchos años después, estoy dando respuesta.
Hoy sé quien soy y trato de aceptarme como tal. El tiempo me ha enseñado que para ser feliz hay que vivir hacia dentro en lugar de hacia fuera, sin dejar que el miedo a no se ser aceptado o comprendido condicione tu vida. 
He aprendido a dar nombre a mis sentimientos, a aceptarlos como propios y a hablar de ellos aunque a veces duela. Porque en muchas ocasiones es ese dolor quien te da las claves para avanzar en tu camino y para crecer como persona. 
Así que , sin lugar a dudas, puedo decir que estos últimos años (particularmente este último) están siendo los mejores años de mi vida. 
Está claro que a veces miro atrás y añoro lugares, situaciones y sobretodo personas, pero no cambio por nada del mundo todo lo que ahora tengo. 
Porque ahora tengo lo que yo, tomando plena consciencia de quien soy, he elegido. Porque estoy  absolutamente feliz con mi vida. Y porque una sola sonrisa de mi hijo me hace tener la certeza de que en la vida no puede haber nada mejor.
Gracias mi niño, por hacerme sentir la persona más feliz del universo.