Revista Diario

De la copa menstrual a las esponjas vaginales

Por Belen
Hace un año, por estas fechas, os contaba mi experiencia con la copa menstrual. Harta de tampones, compresas y demás inventos maquiavélicos que lo único que pretenden es ocultar y esconder algo tan natural como la menstruación, decidí probar métodos alternativos. 
Eran muchas las madres blogueras que hablaban maravillas de la copa menstrual: fácil, cómoda, higiénica, barata..... No me pude resistir y me hice con una. Pero tras varias pruebas, tuve que rendirme a la evidencia, la copa menstrual no era para mi. Efectivamente es un método sencillo y práctico, pero como ya os conté mi parto no fue un camino de rosas, y después de que aquel amable ginecólogo me arrancara de cuajo la placenta, hubo que hacer -palabras textuales de la cirujana- un cosido de culo de pollo para arreglar el desaguisado que el médico -por referirme a él de algún modo- tuvo a bien hacerme. El culo de pollo y mi suelo pélvico venido a menos hacen que no pueda sujetar, literalmente, la copa menstrual. Triste, lo sé :( 
De la copa menstrual a las esponjas vaginales Así que guardé con mimo mi copa en un cajón y continué con los tampones. Pero un día una amiga que sabe mucho de casi todo -gracias Eloísa- me habló de las esponjas vaginales, otro método alternativo. No es tan conocido como las copas, que de un tiempo a esta parte se han puesto muy de moda, pero igualmente eficaces. 
Comencé a buscar y encontré varios puntos de venta online para hacerme con ellas. Su coste era menor a 2 euros, así que la inversión no era muy elevada, la verdad. Decidí arriesgarme y probar. ¡Y bendita la hora! ¡Estoy encantada! Su funcionamiento es sencillo, al igual que el de la copa menstrual o los tampones. Se moja un poco para facilitar su inserción, se introduce en la vagina y al cabo de unas horas, según tu flujo menstrual, la retiras con cuidado, la aclaras, y la vuelves a introducir. Es suave, no notas nada, no molesta, no roza, no debes estar pendiente de si tu flujo es mayor o menor. Y cuando acaba el ciclo debes lavarla con un jabón de ph neutro, si usas algún gel íntimo puedes utilizarlo para su higiene, o bien una solución de una cucharada de bicarbonato en un vaso de agua tibia. Y hasta el siguiente mes. Fácil, limpio, sencillo, baratísimo. No he encontrado ninguna desventaja. Así que el siguiente paso es hacerme con las esponjas marinas, más naturales. 
Así que os recomiendo que probéis tanto las esponjas como las copas vaginales como métodos alternativos a los más tradicionales. Cuidarán vuestra salud y vuestro bolsillo :) 

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