De la dualidad adversa.
Mi corazón, alegre cual tambora,atraído anda a veces por tu beso;por aquel olvidado amor confeso...que en su jaula en mi pecho rememora.
A ratos baila un tango, a ratos llora,y es que es a veces tanto y tanto el peso,que al encontrarse a tu recuerdo preso...en el presente sufre, pues te añora.
A la deriva van sus sueños viejos,ancianos con bastones y sombreros.No natos esperando a ser cenizas.
Y vos, erguida en otro pecho, lejos,no piensas más en estos, los viajeros...que ante mi triste pecho, vos matizas.
-De la dualidad adversa-