El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha señalado que los estibadores no tienen que pedir perdón por tener unos sueldos decentes, que rondan los 64.000 euros de media, y ha defendido la labor de estos profesionales ante las pretensiones del Gobierno para sacar adelante un decreto que “no tiene ningún sentido” y para el que no hay “ninguna necesidad”.
La estiba es un sector en el que trabajan poco más de 6.000 personas, pero que tiene mucho poder debido a su importancia para la economía. En España, los costes laborales del sector suponen entre el 55% y el 60%, mientras que en Alemania alcanzan tan sólo el 37%. Un gruista puede tener un salario, según el puerto, de hasta 110.000 euros al año. La media del sistema son unos 64.000 euros anuales, lo que supone un 60% más que la media del resto de trabajadores de puertos.
El concepto “sueldo decente” es elástico y variable, dependiendo de la fuente; si lo dice un sindicalista que defiende a los trabajadores, como es el caso, sesenta y cuatro mil euros anuales, algo más de cinco mil cada mes, no es excesivo para lo que merece un sacrificado estibador; donde irán a parar los camareros que no llegan a mileuristas, pero pueden disfrutar jornadas de diez y más horas en el establecimiento en cuestión, si pretenden perdurar -nunca demasiado- en el negocio. Adivino que, en breve, nuestros líderes de UGT y CCOO promoverán medidas de fuerza para defender los salarios, aceptables, pero escasos, de pilotos y controladores aéreos, otro sector que está en crisis por los ingresos limitados del colectivo.
Me parece una solemne tomadura de pelo. La estiba está viciada desde hace años, y la liberalización aterra a quienes disfrutan de prebenda vitalicia tan rentable. Oí, el otro día, a un delegado de la profesión contar ante las cámaras la elevada especialización que precisa su trabajo y que protegen los intereses de la ciudadanía garantizando la profesionalidad. Discúlpeme vd., pero ¡manda huevos! que se pague cinco mil treinta y seis euros mensuales a un trabajador promedio (casi diez mil a un gruista) con el pretexto de la formación necesaria, mientras un cirujano torácico que lleva a cabo trasplantes cardíacos perciba alrededor de tres mil, es decir, menos de la mitad. Se conoce que el médico no alcanza la elevada -y compleja, a lo que se ve- especialización de un estibador. Hay cosas que solo pasan en España; tengo la seguridad de que el salario de un profesional estadounidense de la estiba, tiene unos emolumentos similares a nuestros compatriotas, pero no quiero contarle yo a vd. cuanto gana un cirujano torácico en Estados Unidos. Algo no anda excesivamente bien en este país.