Hemos superado el año y medio de lactancia con Pequeña Foquita. No tenemos el aspecto de los que aparecen en la foto (ni yo soy tan guapa como la madre, ni mi gorda es tan enorme como este niño) pero vaya, diría que el efecto, a los ojos de los demás, debe ser el mismo. Aunque tampoco lo sé muy bien porque la lactancia se ha convertido en algo íntimo, entre ella y yo, y las personas que se encuentran en casa. Pero a lo que iba. Como todo en esta vida ha de tener un nombre, a la lactancia de los bebés se la acostumbra a conocer como "Lactancia a demanda"; cuando esta se prolonga en el tiempo (no voy a poner un tiempo exacto porque no me gusta demasiado este concepto), se conoce como "Lactancia prolongada". Pues yo creo que existe un tercer estadio, el de la "Lactancia a la carta". Cuando un bebé reclama el pecho de su madre, como no sabe hablar, si está cerca lo busca con la cabecita y si no, pues llora hasta que nos damos cuenta de que era eso lo que quería. Cuando son un poquito más mayores, te señalan o también usan el llanto.En los cursos pre-parto, en los libros, manuales, métodos, pocas veces se habla de la lactancia de un niño; más bien siempre se hace referencia a la lactancia de un bebé. Así que nadie me explicó lo fantástico que es esto que yo le llamo "Lactancia a la carta". Cuando Pequeña Foquita quiere su "ábrelo" (así es como ella lo llama, deducid por qué), se me acerca, me dice "ábrelo"; "este lado, mama"; "ahora el otro lado"; y cuando termina, "mama, ya he cabao". El contacto es más esporádico que cuando la lactancia es para un bebé, pero esto es de lo más bonito y divertido. En vez de escuchar constantemente, ¿Cuándo dejarás el pecho? o Uf, que esclavitud, me hubiera gustado oír, que fantástico que aun podáis disfrutar las dos de este vínculo tan bonito que, sí, tiene fecha de caducidad, que nadie se asuste. Se acabará sólo, lo sé, sin necesidad de aplicar otro método (de esos que tanto odio), en este caso para destetar. Por cierto, aprovecho la ocasión para decir que la portada de la revista en la que aparece este niño con esta madre me gustó, aunque no así su titular "Eres lo suficientemente buena madre" o algo así. Las madres son todas, dentro de unos límites lógicos, buenas madres. Yo le doy el pecho a mi hija porque quiero, no porque crea que así voy a ser mejor madre.
Revista Diario
Hemos superado el año y medio de lactancia con Pequeña Foquita. No tenemos el aspecto de los que aparecen en la foto (ni yo soy tan guapa como la madre, ni mi gorda es tan enorme como este niño) pero vaya, diría que el efecto, a los ojos de los demás, debe ser el mismo. Aunque tampoco lo sé muy bien porque la lactancia se ha convertido en algo íntimo, entre ella y yo, y las personas que se encuentran en casa. Pero a lo que iba. Como todo en esta vida ha de tener un nombre, a la lactancia de los bebés se la acostumbra a conocer como "Lactancia a demanda"; cuando esta se prolonga en el tiempo (no voy a poner un tiempo exacto porque no me gusta demasiado este concepto), se conoce como "Lactancia prolongada". Pues yo creo que existe un tercer estadio, el de la "Lactancia a la carta". Cuando un bebé reclama el pecho de su madre, como no sabe hablar, si está cerca lo busca con la cabecita y si no, pues llora hasta que nos damos cuenta de que era eso lo que quería. Cuando son un poquito más mayores, te señalan o también usan el llanto.En los cursos pre-parto, en los libros, manuales, métodos, pocas veces se habla de la lactancia de un niño; más bien siempre se hace referencia a la lactancia de un bebé. Así que nadie me explicó lo fantástico que es esto que yo le llamo "Lactancia a la carta". Cuando Pequeña Foquita quiere su "ábrelo" (así es como ella lo llama, deducid por qué), se me acerca, me dice "ábrelo"; "este lado, mama"; "ahora el otro lado"; y cuando termina, "mama, ya he cabao". El contacto es más esporádico que cuando la lactancia es para un bebé, pero esto es de lo más bonito y divertido. En vez de escuchar constantemente, ¿Cuándo dejarás el pecho? o Uf, que esclavitud, me hubiera gustado oír, que fantástico que aun podáis disfrutar las dos de este vínculo tan bonito que, sí, tiene fecha de caducidad, que nadie se asuste. Se acabará sólo, lo sé, sin necesidad de aplicar otro método (de esos que tanto odio), en este caso para destetar. Por cierto, aprovecho la ocasión para decir que la portada de la revista en la que aparece este niño con esta madre me gustó, aunque no así su titular "Eres lo suficientemente buena madre" o algo así. Las madres son todas, dentro de unos límites lógicos, buenas madres. Yo le doy el pecho a mi hija porque quiero, no porque crea que así voy a ser mejor madre.
