Como decimos en México, 'ustedes no están para saberlo, ni yo para contarlo'. Soy la más chica de tres hermanos, resulta que mi hermana la mediana, de 34 años, está embarazada. De gemelos. A pesar de todo lo emocionada que estoy (soy muy cercana a mi hermana y sé todo el trabajo que le costó llegar a este punto), en algún momento del día, todos los días, me angustio mucho con la idea de ser madre.
Tengo 27 años y en este momento (sin despreciar la maternidad, claro) no considero por ningún motivo, la idea de tener hijos. Pero viene la pregunta que me angustia y atormenta: ¿y más adelante?
Últimamente desarrollé la teoría que el 'llamado del reloj biológico' puede ser un juego mental para obligarnos a tener hijos. ¿Y si realmente no queremos tener copias al carbón de nosotras? ¿Somos menos mujeres?

Y no es que me visualice sola. Desde pequeña, cada vez que pienso en mí a futuro, me veo con marido y toda feliz, pero los hijos siempre brillan por su ausencia. En casa dicen que no me altere, que viva el aquí y ahora, pero cada vez que le veo esa panza hermosa a mi hermana, y me imagino a los gemelos riéndose y dando sus primeros pasitos, no sé si solo quiera ser una buena tía.
Afortunado Andrés Calamaro cuando dice 'sé lo que no quiero'. Hace tres meses pensaba que sí, pero justo en este momento no estoy segura de nada.
