Como decimos en México, 'ustedes no están para saberlo, ni yo para contarlo'. Soy la más chica de tres hermanos, resulta que mi hermana la mediana, de 34 años, está embarazada. De gemelos. A pesar de todo lo emocionada que estoy (soy muy cercana a mi hermana y sé todo el trabajo que le costó llegar a este punto), en algún momento del día, todos los días, me angustio mucho con la idea de ser madre.
Tengo 27 años y en este momento (sin despreciar la maternidad, claro) no considero por ningún motivo, la idea de tener hijos. Pero viene la pregunta que me angustia y atormenta: ¿y más adelante?Creo que nunca me he visto como alguien maternal y la vida tampoco me ha dado oportunidad de serlo. Los hijos de mi hermano mayor, prácticamente son como mis hermanos porque les llevo entre ocho y diez años y nunca he tenido que lidiar con un hermano menor ni con primitos porque soy la más pequeña de la familia materna y paterna.Con ese antecedente, me pregunto si alguno de estos días me llegará el tic-tac del reloj biológico. Mis amigas, por ejemplo, tienen 7 años más que yo y en estos momentos corren la carrera contra el tiempo porque sienten que ya están en el limite, pero las recuerdo hace unos años y lo menos que pasaba por sus cabezas era eso.
Últimamente desarrollé la teoría que el 'llamado del reloj biológico' puede ser un juego mental para obligarnos a tener hijos. ¿Y si realmente no queremos tener copias al carbón de nosotras? ¿Somos menos mujeres?
Hace unos días leía en una revista, de algunas mujeres famosas como Cameron Diaz o Kim Catrall (la mismísima Samantha Jones de 'Sex and the City') que decían que la maternidad no era para ellas. Una tiene 40 años y la otra 56. Es decir, no hay vuelta de hoja, a menos que realicen ese acto de amor increíble llamado adopción, claro; justo eso me hizo preguntarme: ¿qué tal que a los 36 estoy muy segura de lo que quiero y a los 43 no tanto?
Y no es que me visualice sola. Desde pequeña, cada vez que pienso en mí a futuro, me veo con marido y toda feliz, pero los hijos siempre brillan por su ausencia. En casa dicen que no me altere, que viva el aquí y ahora, pero cada vez que le veo esa panza hermosa a mi hermana, y me imagino a los gemelos riéndose y dando sus primeros pasitos, no sé si solo quiera ser una buena tía. Afortunado Andrés Calamaro cuando dice 'sé lo que no quiero'. Hace tres meses pensaba que sí, pero justo en este momento no estoy segura de nada.