Ser o no ser oportuno, he ahí la cuestión. Desde que soy madre hay un pensamiento que siempre va conmigo. Es el “mira qué oportuno”. Se me viene a la cabeza cuando, tras conseguir que mi bebé se durmiera, llamaban al timbre (normalmente, algún vendedor o falso empleado del gas). También cuando estaba dando el pecho y se me había olvidado el teléfono en la cocina y, claro, justo en ese momento, el aparato sonaba (solía ser una compañía telefónica que venía a ofrecerme la mejor oferta del mundo mundial…).
También se me pasa el mira qué oportuno por la cabeza cuando estoy con el Mayor en el baño, esperando a que termine de hacer sus cosas (no le gusta ir solo) y aparece el Mediano por la puerta con las mismas ganas de hacer lo mismo. O cuando estamos en la consulta del médico y a alguno de mis hijos le entran ganas de hacer pis justo cuando están a punto de llamarnos, después de una hora esperando… Y, hablando de pises, también grito para mis adentros el mira qué oportuno cuando, volviendo a casa, cuando quedan escasos 20 metros para pasar la puerta, uno me salta con el “mamá, tengo pis” y aquello se convierte en cuestión de ahora o exploto, nada de aguantarse un momento que ya llegamos, no, para qué… aunque nada más entrar por la puerta vean el coche que dejaron tirado en el suelo antes de salir y se dediquen a jugar con él… Ésas son las ganas inaguantables de hacer pis que traían…
También digo el mira qué oportuno, esta vez con algo de resquemor, cuando a la hora de la siesta a alguien le da por coger el taladro. Alborotando a la jauría que tengo por casa. En esta misma línea anda aquella pandilla de amigos que pasa gritando a las cinco de la mañana por la calle en verano y amenaza con interrumpir el sueño de mis retoños o el mío propio.
El mira qué oportuno es el primer pensamiento del día cuando a las 8 de la mañana llaman al teléfono, despertándome, para ver si pueden entregar una lavadora que yo no he pedido porque el anterior dueño de nuestro número de teléfono fijo no se ha acordado de darles el nuevo. Si a esto le sumamos que yo haya pasado una noche toledana con alguno de mis trastos lo pienso con un poco de no te odio, pero espero que esa lavadora se te caiga en el pie, no al que la entrega, sino al que se le olvidó su número nuevo. De éstas tengo unas cuentas, pues llevamos así 8 años.
El mira qué oportuno me asalta cuando, después de que un determinado juguete andara rondando por el salón unos meses sin que ya nadie le hiciera el más mínimo caso, me da por guardarlo, en su sitio, lejos del salón, y justo ese día alguno de mis hijos se da cuenta de su ausencia y le entran unas ganas desmesuradas de jugar con él. Con lo que a los pocos minutos lo tengo de vuelta al salón.
Esto es lo que podríamos llamar el don de la oportunidad, con O. A la que no recuerdo yo con tanta inquina antes de ser madre. Y por ello le dedico a ella, a la oportunidad, esta entrada del Diccionario maternal de la A a la Z.
CONTRAS:
-
Todos. La oportunidad entendida así como la he explicado yo hoy, siempre viene mal.
-
Quizás hubiera sido más acertado hablar del oportunismo o la inoportunidad, pero ya había hablado de otra palabra con la I y, además, mi pensamiento no es mirá qué inoportuno, sino mira qué oportuno.
PROS:
-
Hay cosas que se pueden controlar, como intentar no olvidarse lejos el teléfono, o comprar uno que tenga modo noche y programarlo para evitar llamadas antes de una hora o después de otra.
-
Hay otras cosas que no se pueden controlar. En este caso, hay que aprender a vivir con ello.
Por cierto, oportuno también es quien acaba de llamar justo ahora al telefonillo, cuando me faltaban pocas palabras para terminar esta entrada…
Y, para terminar, os recuerdo que andamos de sorteo. Uno muy especial de cumpleblog. Nos hemos juntado 4 blogueras y hemos tirado la casa por la ventana, con mucho cariño, eso sí. Si quieres saber más sobre el sorteo, pincha aquí.
“La maternidad de la A a la Z” es un carnaval de blogs iniciado por Trimadre a los Treinta que consiste en que cada madre participante describa un sentimiento al que ha descubierto un nuevo sentido con la maternidad, o una faceta de su personalidad que desconocía antes de ser madre. El objetivo es crear en red, colaborando unas con otras, un “Diccionario de madres” con el que reírnos, emocionarnos y conocernos un poco más.
Síguelo en Twitter #AZdelamaternidad.
Si estás interesada en participar, tienes toda la información a tu disposición aquí.