La Foto: Un gerente, caracterizado de Grandalf, siendo asesorado por un profesional sanitario para que el espíritu santo le guíe en sus decisiones por los caminos de la prosperidad.
Ayer estuve encantado en el primer dia de las III Jornadas de Seguridad del Paciente del SESCAM, a la hora de la siesta tocó una interesante mesa que se titulaba "Debate entre gerentes" en donde se habló del liderazgo necesario de estos los gerentes en estos y otros temas y del apoyo que deberían de dar a las iniciativas sobre seguridad. Permítanme que les de mi opinión, desde mi punto de vista, un gerente debe ser como Grandalf el blanco, de la película El señor de los anillos, ustedes se imagínan a Grandalf dándole una palmadita en la espalda a Frodo, diciéndole: Ala chaval, ánimo, tienes todo mi apoyo en tu viaje hacia Mordor, pero te tengo que dejar que he quedado con Aragon para darle una comisión de servicio en la gerencia de salud de la comarca. No señor, así Frodo, ni Frodo ni Sam, ni nadie hubiesen conseguido nunca vencer a las fuerzas del mal, llevando el anillo de la (in)seguridad del paciente al mismísimo corazón de Mordor para destruirlo allí. Grandalf, a parte de decirle a Frodo que tenía su apoyo, le acompañó en el viaje, se lió a palos contra Saruman, hasta se despeñó por el acantilado aquel, para después aparecer en la batalla final montado en aquel águila, cuando Frodo ya estaba a punto de pasarse al enemigo.Un gerente tiene que ser así, sin preocuparse de si pierde sus poderes por los palos de Saruman "el gerente oscuro" y, por supuesto, de una entereza que no permita que se pase al lado de Saruman y de sus industrias medicalizadoras.