La industrialización modificó la estructuras sociales, acabó con la vieja sociedad estamental, basada en el nacimiento y en el privilegio, y propició el nacimiento de la sociedad de clases en la que la jerarquía social viene determinada por la renta y el lugar que las personas ocupan en el modo de producción; hay, por tanto, una mayor movilidad y permeabilidad social.
En esta nueva sociedad de clases, más compleja que la anterior, dos grupos sociales, con intereses materiales y aspiraciones sociales contrapuestos, acabaron convirtiéndose en los verdaderos protagonistas: la burguesía y el proletariado.
Componen la burguesía los dueños de las fábricas, los banqueros, los grandes propietarios agrícolas, grandes comerciantes... Son la nueva élite social que quiere imponer sus valores, sus costumbres y maneras de ver la vida al resto de la sociedad: individualismo, culto al trabajo, defensa de la propiedad privada, del esfuerzo y del ahorro como medios de alcanzar la prosperidad... Sus hijos acuden a las universidades y se preparan para ser la élite económica, política e intelectual.
Esta burguesía aspira a controlar el poder político pues se dio cuenta que desde las instituciones estatales y el gobierno podía crear el marco legal adecuado para su propio provecho. Fue la protagonista de las grandes revoluciones burguesas de la primera mitad del s. XIX. Revolución industrial y revolución burguesa van íntimamente unidas, son las dos caras de una misma moneda.
En el otro extremo de la pirámide social están los obreros (proletarios), una clase esencialmente urbana, aunque muchos procedían del campo; son asalariados, el grueso de la mano de obra de la producción industrial. Sus condiciones de vida y de trabajo son muy duras y van a mejorar muy lentamente. Dentro de estas clases bajas se encuadraban también campesinos pobres, jornaleros y temporeros, artesanos, servicio doméstico, marginados sociales.... Pronto van a ir adquiriendo conciencia de clase y a comenzar a organizarse para plantear sus reivindicaciones. De las condiciones de vida y de trabajo de los obreros, así como del nacimiento de los sindicatos me ocuparé en otras entradas de este Blog.
Pelliza da Volpedo: "El cuarto estado"
Entre ambos grupos va emergiendo una clase media, ahora minoritaria, pero llamada a ejercer un papel cada vez más importante. Son quienes, sin ser burgueses, no ejercían un trabajo manual: profesiones liberales tradicionales, ingenieros, técnicos, pequeños comerciantes, trabajadores especializados, funcionarios, militares de alta graduación…