Por Alina M. Lotti
A la pregunta de una periodista sobre los daños generales que el bloqueo imperialista ha causado en Cuba al sector de Educación, el Doctor en Ciencias Paul Torres Fernández respondió categórico: “Si le quieren poner un número, sería como un cheque abierto”.
De esta manera, el vocero del Ministerio de Educación graficó con sencillas palabras que las afectaciones han sido inmensas y en todos los ámbitos, teniendo en cuenta que la educación, según lo establece la ONU, es un derecho universal, gratuito y de calidad.
El bloqueo económico, comercial y financiero que los Estados Unidos ha impuesto a la Mayor de las Antillas desde febrero de 1962*, ha traído como consecuencia innumerables daños al sector, pero también a la alimentación, al transporte, a la vivienda, al comercio, y a otras esferas que de manera directa o indirecta inciden en la educación y formación de los niños, adolescentes y jóvenes cubanos.
Comentó, por ejemplo, que los pequeños que cursan la Primera Infancia (de 0 a 6 años), sobre todo en prescolar y primer grado necesitan materiales específicos para el desarrollo de las habilidades iniciales, materiales gastables —es decir papeles de varios tipos, plastilinas, crayolas, lápices de colores y otros— cuyas entregas se ven limitadas, aunque el país realiza grandes esfuerzos para adquirirlos en un país tan distante como China.
Algunos ejemplos
Durante varios años, al inicio de cada curso escolar, los pequeños de la educación primaria recibían un módulo per cápita con algunos de estos materiales indispensables. No obstante, en septiembre último no fue posible hacerlo de esta manera.
“Sencillamente, no se pudo disponer de una acuarela o de una caja de crayolas por cada estudiante, sino que se modificó la norma de consumo, y esta vez fue un módulo para dos alumnos. Eso nos da la medida de las afectaciones del bloqueo”, subrayó Paul.
Las consecuencias al sector transitan por varias aristas: ingresos dejados de percibir por exportaciones de bienes y servicios; pérdidas por reubicación geográfica del comercio; afectaciones al ejercicio de los derechos y servicios, monetario-financieras, por bloqueo tecnológico, así como obstáculos a los programas de intercambio académico.
Basta comentar que los créditos financieros relativamente ventajosos y las importaciones desde la República Popular China ocasionan —no obstante— pagos altos de tarifas por concepto de flete.
Es decir, teniendo un comercio a tan solo 90 millas, como el de los Estados Unidos, Cuba adquiere muchos de los artículos y mercancías en el continente asiático, lo cual encarece los costos. Solo por este concepto, el país hubiera podido ahorrar (desde abril del pasado año hasta abril del presente) alrededor de 820 mil 900 dólares.
Además, es necesario tener en cuenta que, debido a la inestabilidad de la economía mundial, los costos de los productos se han incrementado entre un 10% y un 30%.
En la Primera Infancia —durante el período antes señalado— no se pudieron ofertar a las madres trabajadoras cinco mil 196 plazas para los círculos infantiles, teniendo en cuenta que 44 de estas instituciones tienen cierre total y 46 cierres parciales.
Los círculos infantiles son de las instituciones más afectadas.
Las educaciones Especial y la Técnica y Profesional son de las que más reciben los efectos del bloqueo. La primera de estas resulta muy cara, por los recursos que requiere, y la segunda, atendiendo a su especificidad, le es imprescindible contar con máquinas y herramientas, que posibiliten a los estudiantes la adquisición de habilidades básicas para la posterior incorporación al empleo.
La enseñanza de Jóvenes y Adultos cuenta a nivel nacional con 88 escuelas de idiomas, pero solo 8 tienen laboratorios de idiomas.
No obstante…
Argumentos ofrecidos recientemente por Yolanda Ferrer, presidenta de la comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular, durante una audiencia pública contra el bloqueo, dan fe de que este sistema de sanciones “injusto y prolongado” ha provocado perjuicios cuantificables por más de 134 mil 499 millones 800 mil dólares.
“Solo entre abril de 2017 y marzo de 2018, las pérdidas están en el orden de los cuatro mil 321 millones de dólares”, enfatizó la diputada.
No obstante, tales propósitos genocidas del gobierno de los Estados Unidos no han logrado impedir el avance del país y la obtención de resultados notables en la Educación, la Ciencia y la Cultura.
En Cuba hay una frase recurrente que se cumple con rigor: “Nada es más importante que un niño”, de ahí que el Estado cubano destine cuantiosos recursos a la educación.
Pese a todas las carencias y limitaciones, la educación es un sector priorizado.
Y los niños cubanos considerados un tesoro.
Paul Torres comentó que los países del tercer mundo le brindan a la educación entre un 2 y un 3 % de su PIB. Las grandes potencias entre un 4 y un 6 %, cifra esta última que también Cuba destina al sector.
De igual manera, a Educación (incluye otros organismos formadores como Educación Superior, Cultura, Salud Publica y otros) el Estado coloca el 23 % de su presupuesto, casi la cuarta parte de lo disponible.
El vocero del MINED resaltó que en esta nación los servicios educativos son universales, lo cual significa que de uno a otro extremo, lo mismo en las ciudades que en los rincones más apartados, se lleva la luz del saber para que ningún niño, adolescente y joven cubano sufra directamente las consecuencias de esta inhumana política.
Al margen de las cifras reales, podríamos afirmar —al igual que Paul— que las pérdidas son en realidad cuantiosas, por lo que sería aconsejable dejar el “cheque abierto”, pues entre la cantidad de escaseses y necesidades es probable que quede algún elemento sin cuantificar.
*El 3 de febrero de 1962 el entonces presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, firmó la Orden Ejecutiva Presidencial 3447 con la que implantó formalmente el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto durante 56 años a la isla de Cuba.
**El proyecto de resolución propuesto por Cuba a la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la necesidad de poner fin al bloqueo, recuerda que los daños acumulados durante casi 60 años ascienden a 933 mil millones 678 mil dólares, tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional. A precios corrientes, el cerco ha provocado perjuicios cuantificables de más de 134 mil 499 millones 800 mil dólares, precisa el texto.