Estos días asistimos atónitos al comprobar que en algunas, seguramente todas, Cajas de ahorro, que han sido saneadas con recursos públicos, sus directivos han cobrado fastuosos sueldos y fabulosas indemnizaciones. Caixa Galicia y Novacaixa nos sirven de ejemplo.
Asistimos a una comedia de tramposos donde los políticos se echan unos a otros la culpa.
Nosotros los de a pie, los ciudadanos contribuyentes, sabemos que todos, políticos, ayuntamientos, sindicatos, tienen responsabilidad política directa, porque han estado sentados, en poltronas bastante cómodas, en sus consejos de administración.
Nosotros los ciudadanos de a pie, y ya con algo de cojera, sabemos que sufrimos en nuestras carnes recortes sociales brutales a beneficio de la banca, española e internacional.
Nosotros lo que ya sabemos con absoluta claridad es que cada vez está más concentrada la riqueza en pocas manos, mientras la mayoría ciudadana se empobrece a marchas forzadas.
Nosotros ya estamos convencidos que la crisis es sistémica y que por tanto el sistema habrá que cambiarlo. ¿Cómo? ¿Cuándo?
De momento, tenemos la cita del 20N y somos muy conscientes, algunos de nosotros, en que la llegada del Partido Popular abundará, aún más si cabe, en la derrota definitiva del Estado de Bienestar: en educación, en sanidad, en servicios públicos.
Pero también sabemos que el PSOE ha desarrollado unas políticas neoliberales que ni el propio Sarkozy, por mucho que ahora Rubalcaba intente disimular ese pasado en el que ha tenido gran protagonismo, con mensajes de políticas algo más "socialdemócratas".
En fin, que sabemos muchas cosas. Por eso la movilización de la izquierda es imprescindible. Los tiempos son oscuros pero quién sabe si podríamos cambiar algunas cosas.