La palabra del año para la Universidad de Oxford es ‘brain rot’. Mediante una encuesta en la que han participado 37.000 anglohablantes, la institución ha seleccionado para definir este 2024 agonizante una expresión traducible al castellano por ‘podredumbre cerebral’ y que sirve para bautizar el desasosiego que se instala en una persona después de pasarse unas cuantas horas navegando estúpidamente por internet, comenta en El Periódico [Cerebros podridos y enmerdados, 11/12/2024] la escritora Pilar Garcés. Esa sensación de malestar, niebla mental o náusea por sobredosis de contenidos triviales ha sido considerada la tendencia estrella de nuestra rabiosa actualidad. ‘Brain rot’ sirve también para denominar a la comida basura que no podemos dejar de servirle a nuestro intelecto menguante, sean vídeos de TikTok de gente que baila, sean píldoras que muestran el proceso de decapado de un mueble, consejos para el maquillaje, comentarios políticos exprés o recetas de pastelería en sesenta segundos. Contenidos digitales perfectamente prescindibles y olvidables que han colonizado el tiempo libre de los humanos. Y sus cabezas humeantes. Acostumbrados a enhebrar una chorrada con otra, con la mente hecha unos zorros y una capacidad de atención en horas bajas, ya no entendemos las oraciones subordinadas, ni soportamos los discursos complejos. La sobredosis de tonterías que nos autoadministramos debe representar la ganancia de alguien. De los amantes de los eslóganes breves y los mensajes simples, que medran según todas las encuestas con el abono de la descomposición cerebral ajena.
Para la editorial estadounidense Merriam-Webster, que publica diccionarios desde hace cuatro siglos, el vocablo del año es ‘polarización’. La división que apunta a los extremos ideológicos e impide alcanzar acuerdos define los doce meses pasados, y ha alcanzado su máxima expresión durante la campaña electoral que enfrentó a Kamala Harris con Donald Trump. Según razona la empresa librera, los votantes no solo apuestan por un candidato sino que visualizan al oponente como un enemigo a batir y un peligro para la propia seguridad. La polarización no solo se advierte en la política, hasta los clubs de fans se han radicalizado y lanzan campañas de odio contra los exnovios de las estrellas a las que adoran. Coronada palabra del año en España en 2023, su interés no ha decaído en el presente ejercicio: o estás con Broncano o con Pablo Motos. Esta dicotomía ha generado aluviones de contenidos para el ‘brain rot’. O ha enfangado la discusión pública, que dirían en nuestras antípodas. El diccionario Macquarie, el más prestigioso de Australia, ha elegido como término definitorio de 2024 ‘enshittification’, que vendría a ser 'enmerdar'. Nacida para un contexto digital, sirve ahora para explicar la degradación que sufren determinados servicios o productos por la búsqueda de beneficios rápidos.
De cerebros podridos y enmerdados podrían surgir conceptos como el elegido por la enciclopedia en línea dictionary.com como su palabra del año. Se trata de ‘demure’, traducible por ‘recatada’. Se trata de un concepto viralizado por la 'influencer' portorriqueña trans Jools Lebron, que en sus redes sociales aconseja sobre cómo comportarse de una forma discreta y modesta, a la vez que sofisticada. Observando los vídeos de esta profeta del decoro pienso que ojalá Fundéu escoja ‘cancelación’ como palabra de 2024 en castellano. Aunque igual nos sorprende con ‘dana’, ahora que la Academia ha accedido a ponerla a buen recaudo, encerrándola en su diccionario para que no salga.