De las peores derrotas que hemos sufrido…
Publicado el 11 abril 2018 por Jmartoranoster
José Sant Roz.
Se habla de todo, se miente y se comenta cualquier bagatela a mansalva hasta volverse cotidianidad. Se miente y se inventa sin medida ni pudor hasta volverse necesidad forjar falsedades para todo. OJO: la gente disfruta las falacias, se regodea en ellas, las engrandece, las repite para hacerlas suyas y cantar VICTORIA. O mejor dicho: ¡la VERDAD es fastidiosa, rancia, no da nota, carece TOTALMENTE del MORBO que nos hace bestia!
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Cuando la gente se siente desorientada, envilecida por los inventos diarios, desea que todo el mundo se hunda en el pantano de las mentiras y de las intrigas.
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Con la revolución bolivariana perdí muchos hábitos, uno de ellos ha sido leer periódicos. Tengo más de diez años que no compro un periódico; a los periódicos no les creo nada, y además pienso: “pobres de aquellos que aún los leen y los llevan bajo el brazo”. Si acaso hojeo alguno es para ver cómo mienten, cuál es la mentira del día, la orden que les ha dado el dueño a sus periodistas para que en serie, como aparecen en los demás medios, aderecen las noticias.
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Más bien veo los periódicos viejos, para calcular el crimen reiterado de sus anuncios y las falaces predicciones que jamás sucedieron. Todas las mentiras que dijeron y que la gente se las tragó. Antes creía que cuando dejaba de leer los periódicos me estaba quedando desinformado, ahora es lo contrario: para no desinformarse hay que evitarlos.
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Pero aparejado a este hecho palpita la necesidad de crear medios creíbles, entregados al servicio de la sociedad, del pobre, de los abandonados. ¿Pero cómo? Hacer un millón de casas no da votos e incluso muchos de los beneficiados por programas como éste NO le reconocen NADA al gobierno.
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Un día me vi con un joven ministro de comunicación, en medio de la lucha desesperada por crear un diario y una televisora en Mérida. A veces, el recelo entre los que gobiernan ha provocado estragos en los proyectos revolucionarios. Las grandes ideas son casi siempre implosionadas desde dentro del gobierno porque algunos líderes consideran que no hay que darle cancha a ciertos bolivarianos decididos a emprender desafíos, adversidades terribles y riesgos.
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Hubo ministros, que ya pasaron a la historia, que nos abrazaron, nos mostraron la dientera y nos juraron solidaridad, que anotaron legajos de promesas…, tiempos en los que se respiraba en todo un alborozo de encendidas contiendas… “Dame tu teléfono, yo te llamo, cuenta con que le daremos un vuelco a la guerra que los medios tienen contra nosotros…”.
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En esto se nos ha ido la vida: en vivir entre retrasadores de ideas y desafíos. Cuántos años perdidos para uno, yo que he fundado cuatro periódicos, varias revistas, programas de televisión y de radio en Mérida y Barinas (“Despertar”, “El Paso de Los Andes”, “Atrinka”, “Surcos”, “Plomo Parejo”, “En Marcha”, “Semblanzas y Tradiciones”,…).
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En una ocasión me encontré en un acto en el Ministerio de Educación con Guillermo García Ponce y le hablé del mismo problema de la falta de medios revolucionarios y de la paliza que nos estaban dando las soberanas putas mentirosas…, y Guillermo me contestó: “por ahí viene algo muy bueno que podrá cambiar esta guerra que nos tienen,,,”. Se trataba del diario VEA. Llegó VEA, pero se fue dejando de VER. Mucha mejor labor realizó “El Correo del Orinoco”, pero ¿ya fenecido?
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El que sí ha mantenido una lucha admirable y única entre los medios alternativos en Venezuela ha sido Mario Silva con el programa La Hojilla. Aquellos, sus primeros trabajos en Aporrea, antológicos, realmente. Luego iba a tomar el rumbo hacia la televisión que sería como quien dice el jonronazo esencial para poner contra la pared a las poderosas Jineteras. Mario ha sido el que le ha expandido las neuronas a medio mundo que estaba reducido al cuchitril mediático de aquellos cuatro canales apocalípticos. Con Mario se dio una profunda revolución metabólica en el sistema cerebro-espinal del venezolano.
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A Mario Silva, lo vi por primera vez en el Centro Tulio Febres Cordero. Me advirtió el camarada Edwin cuando salía del estacionamiento del CC: “Mira José, este es Mario”, y nos dimos la mano; fue un momento crucial de la guerra mediática mundial contra Chávez, pero en realidad no pudimos hablar mucho sobre el tema de los medios alternativos, porque había el proyecto de que en cada estado debería funcionar un comando mediático poderoso para contrarrestar las mentiras de esas atávicas lacras como son la iglesia, el empresariado y las arrogantes y prepotentes universidades llamadas autónomas.
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Aquel encuentro con Mario Silva se dio en medio de los fatídicos días del 2002, y previos al paro petrolero de diciembre del 2002. Andábamos atareados un grupo de encendidos luchadores con el propósito de armar duras respuestas a la derecha, en conformar medios alternativos para meterles un descomunal chuzo anti-monopólico a los Cisneros, a Ravell, a los Granier y compañía.
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Una lucha muy desigual aquella que emprendimos, porque dentro del propio movimiento revolucionario los adecos controlaban gran parte del aparato administrativo de Estado y bloqueaban nuestros periódicos y sitios web, ayudándolos a morir, a expirar, a tirar la toalla…. Colocaban en todas las gobernaciones como jefes de información a los periodistas que han heredado las buenas costumbres y las pútridas decencias de la IV república, tuerta y cojitranta.
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En nuestras obsesivas luchas, el 11 de abril de 2003, nos fuimos a Caracas, a celebrar el primer año de la restitución en el poder de nuestro Comandante Chávez. Y montamos un stand con nuestros periódicos, libros y revistas en el antiguo Hotel Hilton, siempre con la idea de tratar de fortalecer los medios alternativos. En aquella ocasión asistimos en Miraflores a una reunión de medios alternativos, junto con el profesor Juan Carlos Villegas. El Presidente Chávez nos recibió; estaba el Comandante consciente de los estragos que la derecha nos estaba haciendo en este frente de lucha de los medios de comunicación; y nosotros nos imaginábamos que en aquel momento comenzaba la madre de las batallas de los medios alternativos, con un mar de queridos luchadores ilusionados con sus cámaras, sus grabadoras, sus libretas y sus poderosas ideas… hoy casi todos esos medios están fenecidos, hundidos entre clamores de frustraciones y penas.
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Ante la posición desesperada del profesor Juan Carlos Villegas de que si el gobierno no se nos preparaba en este terreno pereceríamos, gran parte de nuestra lucha se iría a pique, el Presidente Chávez en su terca ilusión de vernos al frente de la batalla y unificados contra los poderosos medios nos ofreció todo su apoyo. Exigió a sus funcionarios más directos que tomaran nota de nuestras quejas y peticiones y que se le solicitara a los gobiernos revolucionarios regionales atender nuestras necesidades. Le aclaramos que apenas pediríamos un 0,5% de lo que se le daba a los medios privados en pautas. Se tomó nota, digo, afloraron promesas y hubo ruidosos aplausos, y… para nada porque al poco tiempo habría de morir el único diario revolucionario de Venezuela, “Despertar” que estuvo dando la batalla durante 94 días consecutivos durante todo el terrible año 2002, y que se distribuía en casi toda Venezuela.
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No hubo Cristo que pudiera salvar a “Despertar”. El concepto que tenían casi todos los directores de las gobernaciones en manos “chavistas” es que un medio alternativo es “feo”, carece de “categoría de presencia y clase social elevada”. Que ellos no iban a pagar pautas en medios populares (plebeyos) no aceptados por la gente distinguida y con probado nivel social.
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En el año 2003, Juan Carlos Villegas (director de “Despertar”) entregó la dirección del periódico, e igualmente hice yo cediendo la presidencia de la Fundación Despertar a otros camaradas. Y en viendo cerradas en Mérida todas las puertas para hacer patria nos fuimos a Barinas y fundamos allá el semanario “Surcos” que tuvo la leve existencia de 23 números. Nos dimos cuenta de que malvados ignorantes es lo que sobra en todas partes, y fueron unos supuestos “chavistas” quienes nos hicieron una guerra atroz para destruir este medio. Todos los medios revolucionarios que hemos fundado: DESPERTAR, SURCOS y EL PASO DE LOS ANDES, quienes los han saboteado y los han destrozado han sido tipos infiltrados que se hacían pasar por “chavistas”.
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Después escuchamos en varias ocasiones al Presidente Chávez decir en sus “Aló Presidente” o en cualquier otra alocución, que sus funcionarios o ministros deberían tomar nota de las angustias y necesidades de los medios alternativos; pienso en aquella ocasión cuando ante tantos representantes de medios pobres y revolucionarios, Chávez imploró porque no se nos dejara a la deriva, sin embargo a los pocos días todo se fue al foso irremediable de la muerte… Pereció DESPERTAR de la manera más infame, gritando, implorando ayuda, solicitando audiencias al gobernador Florencio Porras, gastando miles de bolívares en llamadas a Caracas, escribiendo por Aporrea para evitar el deceso fulminante; haciendo colectas de millones de bolívares entre los profesores para sobrevivir una semana más, un día más en la calle, hasta que alguien se apiadara de nuestra situación. Pero la orden de las hordas adecas infiltrados en la revolución eran: “Despertar debe morir porque está lleno de talibanes”. Y resulta que el “chavista” Luis Velásquez Alvaray (ex diputado, ex magistrado del TSJ), al notar la gran popularidad de Despertar decidió secuestrar los sectores que nos seguían y creó el diario “Pico Bolívar” supuestamente de izquierda, presionando al mismo tiempo para que el Estado no le prestara el menos apoyo a Despertar.
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Hay que decir que quien más lloró la muerte de Despertar fue Giandoménico Puliti, quien trató de hacer milagros por salvar el periódico, y pagó páginas completas para promover allí actividades culturales.
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A partir de entonces Giandoménico fue muy mal visto desde ciertos entes de la gobernación Mérida, y creo que nunca se lo perdonaron. Todos los días hablábamos con Puliti sobre este desastroso desvío de la revolución en manos adecas en casi todas las direcciones del Estado, y además nosotros obligados a apoyarlos so pena de que en un enfrentamiento con estos miasmas pudiera crearse una tronera por la que pudiera volver al poder William Dávila Barrios.
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Lo insólito fue que de aquellas mafias adecas infiltradas en el proceso, se engrosaron luego con las mafias copeyanas de otro tipo que llegó a la gobernación. Las primeras destruyeron a “Despertar”, las segundas a “El Paso de Los Andes”.
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Luego surgió ENSARTAOS, tratando de sobrevivir en medio de todas clases de bombardeos y amenazas. Llevamos diez años resistiendo en medio de tanto plomo cerrado…
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Verga, camaradas…
(ACLARATORIA: en mi artículo “Los amores de Bolívar y Santander por las Ibáñez (algo nunca escrito o desvelado)”
https://www.aporrea.org/cultura/a261546.html, cometí un desliz en algunos párrafos al mencionar como esposo de Nicolasa a Antonio Ibáñez, siendo su real nombre Antonio José Caro. Mil disculpas).
Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.
[email protected] @jsantroz
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