Revista Cultura y Ocio

De las versiones al original

Publicado el 04 octubre 2016 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas

A lo largo de mi vida, he escuchado mucha música, de muy diferente tipo, y a través de varios medios diferentes: primero, a través de los discos y vinilos que tengo en casa, después a través de la radio, y en épocas más recientes, a través de internet, sobre todo vía Youtube y Spotify.

Me he quedado en la memoria de la primera escucha con algunas canciones que me parecieron geniales. Pero muchas veces, esas canciones en realidad, eran versiones de otras canciones, aunque las primeras veces que escuchaba esas canciones no lo sabía. Parece que, a veces, cuando descubres que una canción que te gusta es una versión de otra, te quedas como un poco decepcionado. Y aún así, resulta que escuchas la canción original y prefieres la versión, cuando normalmente debería de ser al revés. Además, todo ello te anima a seguir buscando más y más.

Para intentar explicar todo esto de una manera práctica, intentaré hablar de algunos ejemplos que me han ocurrido personalmente. Hablaré ahora del que probablemente sea el proceso más elaborado en este sentido, es decir, la cadena de escucha más grande que he conseguido, tanto en número de canciones y artistas, como en tiempo de búsqueda y escucha, desde una versión de una canción, hasta llegar a la versión original de dicha canción e incluso llegando más allá todavía hasta oír nuevos grupos y estilos musicales.

Seguro que muchos de vosotros conocéis al grupo vallisoletano Celtas Cortos, uno de los grupos españoles más exitosos, sobre todo en la década de los 90 y principios de los 2000. En el año 2010 editan un disco titulado Introversiones. Se trata de un disco lleno de versiones de canciones que, según el criterio de este grupo, han influenciado en su manera de hacer música. Así, en este disco se encuentran versiones de canciones tradicionales, sobre todo irlandesas, y de artistas tan variados como Antonio Vega, Mercedes Sosa, The Pogues,…

Pero la primera vez que escuché este álbum, no tenía ni idea de que las canciones se tratasen de versiones. Una de las versiones que más me gustó en ese momento fue la de la canción tradicional irlandesa Star of the County Down. Me pareció preciosísima. Pero a la vez me pareció extraño el hecho de que Celtas Cortos se pasasen a cantar en inglés. Sigo escuchando el álbum. Momentos más tarde, tocan una conocida canción en euskera llamada Aita Semeak. -¿También le dan al euskera los Celtas Cortos?, pensé en aquel momento. Después ya vi que todo eran versiones.

Tanto me gustó ese álbum, que me empezó a picar la curiosidad sobre la versión original de muchas de dichas canciones que no conocía en ese momento, especialmente de Star of the County Down. Descubrí la gran cantidad de versiones que hay de esa canción, y me interesé mucho por las versiones hechas por grupos de música tradicional irlandesa. Me gustaron, aunque menos que la versión de Celtas Cortos. Aún así, quise conocer más música tradicional irlandesa, y así descubrí grupos famosos de música tradicional irlandesa como, por ejemplo, The Dubliners.

Pero la curiosidad siguió acechando mi mente y quiso más, y se me vino una pregunta a la cabeza: ¿Qué tal quedaría una canción que mezclase música tradicional irlandesa con rock o punk? Busco respuestas en Youtube y me aparecían muchos resultados especialmente de dos grupos: Dropkick Murphys y Flogging Molly. No los conocía. Los escucho y me quedé flipando. -¡Como mola este tipo de música!, pensé en aquel momento. Y así me animé a profundizar en un estilo de música llamado celtic-punk, del cual ya he hablado largo y tendido en varias entradas de este blog.

Creedme que a pesar de que he escuchado muchas canciones de la música tradicional irlandesa, he preferido versiones en otros estilos musicales que en su estilo original. Por ello, prefiero escuchar, por ejemplo, la versión de Star of the County Down de Celtas Cortos, o la versión de Fields of Athenry de Dropkick Murphys.

Este sería el proceso más complejo que he experimentado personalmente. Pero también experimenté muchos otros más sencillos: del cantautor argentino Rodrigo (muy conocido por su canción La mano de Dios, dedicada a Maradona), a los ska-punk italianos Talco, y acabando en los españoles Ruido Ilegal; del grupo gallego de improvisación Labregos do tempo dos Sputniks (grupo al que me gustaría dedicarle en algún momento una entrada en el blog), al grupo de música tradicional gallega Fuxan os Ventos, etc.

No sé si alguna vez habéis experimentado algún proceso de este tipo. Tanto si lo habéis sentido como si no, comentadlo, que seguro que es una experiencia enriquecedora. Como siempre, espero que os haya gustado esta entrada.

Un saludo.

Simón de Eiré


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