En Escocia diariamente se
contrastaban opciones y costes, aquí se engaña a la ciudadanía transmitiendo la
sensación de que todo fuera conseguible con esta romería festiva, sin lucha, ni
esfuerzo y dolor. Alguien debería asumir responsabilidades y explicar que toda
acción genera reacción, y que los actores deben aceptar la repercusión de
movilizaciones y objetivos que se proponen. Que existe un grave problema, nadie
lo duda, que no se puede meter la cabeza bajo el ala, está claro, pero esconderse
bajo la sábana también es callar y dejarse abducir por las movilizaciones masivas
y el soberanismo aceptando manipulación, argumentos, objetivos, tácticas, estrategia,
ideología…
Es manipulador ocultar costes en una secesión
(15-10-13)
Toda ruptura conlleva costes, sean
las producidas en entornos personales por amor, amistad, o religiosas,
partidistas, societarias… sería imposible que ésta no los tuviera. En Catalunya
los promotores de la secesión no hablan de costes, se trata de
pintar una ilusión, el paraíso, y nada puede diluir la imagen edulcorada que transmiten
para sumar voluntades. La marcha por la independencia está tan
rellena de sentimientos como vacía de racionalidad y concreción, para los independentistas
será suficiente, para los nuevos apoyos secesionistas, no, -personas y grupos no
nacionalistas en el pasado-. La presentación de la opción independentista
como solución a todos los problemas, sean personales o colectivos de los
catalanes, debería oler mal a cualquiera que tenga un pie puesto en la
Ilustración y use un poco de racionalidad, -máxime a militantes, partidos y
sindicatos de izquierdas, intelectuales y teóricos sociales-.
Ni siquiera las separaciones que se
dicen modélicas, Escocia y Canadá, se dan a conocer aquí ampliamente con sus
particularidades, acuerdos y diferencias relacionadas, y explicadas las
condiciones concretas y diferenciales, simplemente se citan los nombres de dos casos
excepcionales para supuestamente mostrar que es posible la secesión como norma,
con la coletilla, eso sí, de que otros son mejores que los españoles, más demócratas y abiertos. Al
margen de las similitudes y diferencias existentes, hay que recordar lo
fundamental, no se ha producido tal secesión en ninguno de los dos casos, y sí rupturas
internas de sus comunidades. Los estudiosos de ambos casos consideran el
proceso extremadamente complejo y delicado y ninguno de los dos lo quiere
imponer por las bravas, o para ser más explícito, en ambos procesos los
interlocutores se someten a la legalidad vigente en cada sitio, intentan
modificarla negociando, sin que anuncien la posibilidad de declaración
unilateral de independencia como plantean en Cataluña.
Estamos ante un problema del que
ignoramos gran parte de las dimensiones que podría tomar, y todavía muy lejos
de entender qué posibles salidas podrían ser válidas, aceptadas por amplias
mayorías sociales representativas. Ignoramos, allí y aquí, la gravedad de las
rupturas que pueden producirse y los torbellinos que podría generar una ruptura
unilateral, desconocemos la reacción de millones de personas ante una realidad
que hoy no somos capaces de vislumbrar. Los cambios en los equilibrios y
relaciones de fuerzas sociales y políticas y sus liderazgos podrían ser enormes
y bastante alejados de lo conocido hoy, por lo que nada de lo soñado por las
partes tendría por qué ser parecido a lo que realmente nos encontráramos. Una
sensación se impone con mayor peso que el resto, todos perderíamos en
un proceso descontrolado.
Los primeros costes a pagar son los de
la racionalidad, la carrera de todo vale
para conseguir el objetivo, deja sepultada la ética ante el bien supremo de
la independencia. Las mentiras difundidas por la gigantesca maquinaria de
propaganda secesionista se extendieron durante años sin encontrar resistencia,
lo que permitió su implantación en miles de ciudadanos dotando a la carrera por
la independencia de una ventaja considerable, ya que una vez tomado partido,
cuesta mucho menos buscar argumentos para consolidar la postura, que para
cuestionarla, lo que supone generalmente un esfuerzo considerable y mayor
preparación específica máxime en Cataluña, ya que sin duda produce rechazos y
choques en el entorno social.
Agrava el problema la utilización de
argucias y malas artes por parte de instituciones de la Administración del
Estado en Catalunya, como la Generalitat. La presentación de las balanzas
fiscales a la prensa, mostrando resultados favorables a sus tesis, apoyados en
solo dos de los cuatro modelos que contenía su propio trabajo; la difusión de
la falsa ley alemana sobre el límite de contribución fiscal del 4% que tenían los lander;
el principio de ordinalidad según el cual estaba legislado en estados federales
que las transferencias interregionales no podían modificar el orden del
territorio contribuyente… ‘No eran calentones de tertuliano borrachín,
sino tesis precisas puestas en circulación a sabiendas de su falsedad y que sin
molestarse en sopesarlas, un día sí y otro también repetían con fervoroso
convencimiento periodistas propicios y académicos rebosantes de ardor
patriótico espontáneo o engrasado.’ Félix Ovejero, Economía moral del
nacionalismo
Algunos costes económicos aparecen en
informes externos de grandes bancos de inversión. El nuevo estado afrontaría
graves problemas que podrían tener costes altísimos para la población,
debería negociar multitud de cuestiones bilaterales de las que se
desconoce casi todo, antes de tomar una decisión: ¿con qué se queda, que se
lleva y que retorna a España? ¿Qué parte de pensiones y seguridad social,
cuanta deuda del Reino de España les corresponde asumir? No se conocen cifras
exactas pero es un hecho que de la deuda histórica española una parte lo es por
inversiones pasadas a Cataluña, ¿Cómo definirla, cuanto les corresponde de
deuda interna y cuanto de externa? ¿Cuánto, de la Sagrada Familia es español y
del Museo del Prado es catalán? etc. –La Giralda tampoco es totalmente
sevillana, ni la Alhambra enteramente granadina, ni la costa del pueblo X lo es
de sus habitantes enteramente, etc.-
Tendrían que definir su moneda, que
aseguran será el euro, debe entenderse como moneda de uso, pero fuera de la
eurozona de la que saldrían, o ¿quizás sea el momento de defender su
reivindicación histórica de moneda propia? si fuera así tendrían la ventaja de
devaluar para salir de la crisis, el inconveniente de la depreciación que
sufriría, y de la financiación en esa moneda, difícilmente aceptable al menos
en el corto plazo, sin olvidar que muchas de sus relaciones y balances están en
euros y la nueva moneda crearía un cierto conflicto propenso a altas tensiones
monetarias. Supuesto que escogieran el euro, parte de la soberanía
supuestamente recobrada al separarse de España, la cederían sobre la política
monetaria en mayor grado que ahora, en la que intervienen en cuanto España,
después no podría intervenir como Catalunya dentro del Banco Central Europeo,
surge el problema de cómo financiarse sus bancos, que sería altamente
improbable lo pudieran hacer por el BCE. Por otra parte y supuesta su
entrada a la UE, lo cual sería casi imposible con la negativa española, y
considerando se trata de una de las regiones ricas de Europa, tendría que ser
contribuyente neto al resto de regiones pobres, fueran españolas, italianas o
del Este. Más o menos como ahora.
Buscar financiación en los mercados
internacionales, para sus empresas y su estado se antoja un grave problema
durante años, que si ahora no es sencillo dentro de España, -ya han tenido
algunos rescates-, fuera habría que presuponer altas dificultades para
encontrarla como estado independiente. Los grandes bancos de inversión
mundiales no apuestan favorablemente por la independencia, Nomura, J.P. Morgan,
UBS, -de ellos proceden los cuadros anexos- en sus informes emitidos a los
grandes inversores del planeta les advierten de altos riesgos en la nueva
Catalunya, lo cual no parece que les facilite los sueños de mejorar su estado
de bienestar por salir de España, y ello al margen de que los informes sean
flojos, o buenos, lo importante es la recomendación que transmiten de, no
arriesgar, y lo hacen precisamente aquellos bancos a los que tendría que
convencer la Generalitat para que dirigieran inversiones al nuevo estado. Una
cuestión en relación a los informes naturalmente el perjuicio, lo sería para
ambos territorios, España y Catalunya, no piensen ustedes que solo saldría
perdiendo el otro. Los dos pierden con una secesión, los dos territorios ganan
manteniéndose juntos.
Nomura, no cree que se produzca la
independencia y sugiere que la salida al problema consistirá en una mejora en
la fiscalidad negociada, UBS apuesta por el no rotundo, prevé
posibles fugas de capitales, caída de la riqueza e impago de la deuda. J.P.
Morgan –vean en el cuadro la síntesis de su posición- considera que no
mejoraría con la independencia, que el objetivo final es mejorar la
financiación y al igual que los otros, significa que el nuevo estado quedaría
fuera de UE, advierte del riesgo posible del despertar nacionalista de otras
regiones y países europeos. El tema de la deuda es un problema controvertido en
las cifras, puesto que lógicamente a la deuda de Catalunya que figura en las
estadísticas como deuda de Comunidad Autónoma, deben sumar la correspondiente a
los municipios catalanes y la parte alícuota que correspondería de la deuda
central del Estado Español y de la Seguridad Social, aspectos éstos no
fácilmente cuantificables.
El problema planteado lo definen las recomendaciones
de los bancos de inversión y los brokers, no lo busquen en las asépticas cifras
que maneja la Generalitat, sino en los ‘espíritus animales’, que gobiernan
la economía, el componente de irracionalidad, de emoción, que tienen
las decisiones, el problema es político y las reacciones de subjetivismo y
desánimo que desatarán, por eso lo que fundamental de informes de este estilo
es la recomendación general, apuesta a compra, o venta, arriesga o no y aquí en
los tres casos dicen no apuestes a Catalunya independiente. Naturalmente
desde las filas secesionistas, profesionales del sector, insisten en las cifras
asépticas o en descalificar los informes por 'flojos', además de minimizar
cualquier peligro con el mantra tan querido de 'que no te venza el
miedo'.
También podrían rezar. De poco sirve que los actuales productos catalanes sean
altamente exportables, a España y resto de Europa, en aproximadamente un 65%,
serían tratadas como elemento externo a la UE, por tanto sin la facilidad de
movimientos actuales, grabadas con aranceles que harían perder parte de su
competitividad y sujetas a convenios de negociación y no como piensan los
defensores de la independencia que simplemente lo no vendido en España, que
dicen afectaría poco, todo sería distribuido en Europa. O de poco sirven buenas
cifras de deuda, -en tanto CCAA, luego sumen el resto, Central y municipales y
S.S.- recuerden que España tenía menos del 40%/PIB cuando empieza la crisis, y
hoy tiene el 100%, lo importante es la consideración de los mercados sobre
riesgos posibles en la posibilidad de financiarla.