Ser responsable, riguroso y preciso. Los periodistas de verdad comprueban lo que oyen; no hacen circular mentiras ni para conseguir un titular ni para atribuirse haber llegado primero. Hay que tener curiosidad, paciencia y perserverancia. Cuando la gente dice que el periodismo, tal y como yo lo entiendo, está muerto, que las noticias están en Facebook o en los blogs, siento sinceramente que no puede ser, porque sería trágico.A ello añade:
Averiguar la verdad requiere trabajar. En primer lugar, la mayoría de los periodistas son bastante vagos; los lobbies y los grupos de presión se ocupan de alimentarlos de información sin que tengan que buscarla. Además, ahora los periodistas y la gente en el poder pertenecen a la misma clase, viven en el mismo sitio, se interrelacionan demasiado. Gran parte de los periodistas de mi generación éramos outsiders. Estábamos separados del poder y eso nos daba otra perspectiva. No debería haber esa mezcla de periodismo y poder. ¡Pero si ahora los periodistas hasta van empotrados! Nadie cuya seguridad depende de los militares puede hacer ningún servicio a nada, salvo al Ejército. Por definición. Son mascotas.Una entrevista genial de la brillante Ana Tagarro que puedes leer entera aquí.