Revista En Femenino

… de los puzzles

Por Arusca @contrasypros
Puzzle tradicional

Puzzle tradicional

Esta mañana, por razones que no vienen al caso, no he podido publicar la entrada de hoy a la hora a la que acostumbro. Y, como tenía algunas en mente y no me decidía por una en concreto, aprovechando que, de todos modos, la entrada la publicaría tarde, me he puesto a preguntar sobre qué queríais que hablara hoy: trastadas o juguetes. Han ganado los juguetes por goleada. Me ha sorprendido que sois muchas las que ya estáis pensando en la carta a los Reyes Magos. Así que, aunque en casa aún no hemos sacado el papel y el lápiz para escribirla, he decidido que iré publicando entradas sobre juguetes que tenemos en casa, por si os doy alguna idea.

Aprovecho también esta entrada para dejar claro que:

  • lo que aquí cuente sobre un determinado juguete será siempre bajo mi punto de vista y mi propia experiencia (o la de mis hijos, se entiende);

  • si menciono alguna marca será siempre porque yo así lo crea oportuno. Y si no la menciono, será porque no lo considero necesario;

  • aún no se ha dado el caso, pero si alguna marca me pagara por hablar de su producto o me hiciera llegar una muestra para que yo hablara de ella (insisto, siempre según mi punto de vista y mi experiencia con el juguete en cuestión), lo dejaría bien claro al principio de la entrada. Si no digo nada, se entiende que no he obtenido beneficio económico alguno por mencionar dicha marca;

  • intentaré encasillar los juguetes por edad, pero ya os advierto que muchas veces eso de la edad sólo sirve para catalogarlos en los folletos porque el Peque juega con juguetes de los Mayores y los Mayores muchas veces también acaban jugando con los del Peque.

Dejo esto claro para no tener que repetirme en el resto de entradas que tengo pensado ir publicando.

Y ahora sí, vamos al lío. Hoy voy a hablaros de los puzzles. ¡¡Me encantan!! Recuerdo cuando mis padres me regalaron uno de 250 piezas… y fue mi perdición. De ahí pasé al de 500 piezas y después al de 1.000 y 1.500 piezas. El último que hice creo que fue de 5.000 piezas. Me gustaban tanto que, como solían regalarnos un puzzle a mi hermana y otro a mí, al final, por desgana de mi hermana, yo acababa haciendo el suyo. Lo que a ella le ponía nerviosa, a mí me servía para relajarme y perderme en mis pensamientos.

Ahora ya no hago puzzles. No será por ganas. Pero los hacen mis hijos. Obviamente, no de tantísimas piezas. Hay puzzles para casi todas las edades. Un bebé no puede hacer uno porque acabaría con la pieza en la boca, pero no todos los puzzles llevan piezas. Cuando el Mayor tenía unos dos años, le compramos unos cubos que son puzzles. En nuestro caso, fueron de madera, pero los Reyes Magos también le trajeron unos cubos magnéticos. En la foto aparece sólo el de madera porque el otro era de plástico y, a fuerza de partirse de risa mientras los estrellaba contra el suelo, acabaron rompiéndose. Sólo ha perdurado el de madera. Al ser cubos, también sirve para hacer torres que, por supuesto, hay que tirar lo más fuerte posible para hacer gracia. Estos niños son tan lindos… como diría Pao.

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Cubo de puzzles y libro-puzzle

De ahí, cuando cumplió unos tres años, le compramos un libro-puzzle. Eran de cuatro fichas y el dibujo viene marcado debajo. Sólo hay que buscar la pieza igual y ponerla encima. El libro traía cuatro puzzles. El que más ha jugado con él hasta la fecha ha sido el Mediano.

Luego pasamos a los puzzles “normales”, los que tienen varias piezas que hay que montar. El puzzle que tenemos en el imaginario colectivo, el que se nos viene a la mente cuando pensamos en un puzzle. Aquí el Mayor, de 6 años, es el rey, probablemente por edad, aunque el Mediano ya le va pisando los talones.

Y como estamos en la era tecnológica donde las aplicaciones o apps están a la orden del día, quería mencionar también los puzzles digitales. Hace poco, por insistencia del Mediano, me puse a buscar alguna app que no fuera muy difícil y que, a la vez, entretuviera. Di con estas dos: “Sabana” y “Selva”. Son gratuitas y traen un montón de animales para hacer. Aunque, eso sí, para tenerlos todos hay que pagar casi 2 €. De manera gratuita, creo recordar que vienen unos cuatro animales por juego. Como podéis ver en la foto, los puzzles no tienen muchas piezas y, cuando las ponen en el lugar correcto, suena un ping.

Además, dándole al símbolo del sonido, se puede escuchar el ruido que hace el animal en cuestión. Para terminar, tocando la paleta de colores con el pincel se accede al “colorea”: aparece el mismo animal del puzzle y se puede colorear. Lo bueno de este “colorea” es que tocando el sombrero de mago evitamos salirnos de las líneas y se pinta sólo el espacio elegido moviendo el dedo. Una vez terminada la obra maestra, se puede guardar para la posteridad. Supongo que, como éstas que os menciono aquí, habrá muchas otras.

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Aplicaciones de puzzles

CONTRAS:

  1. Los puzzles de toda la vida tienen el problema de toda la vida: perder piezas. Yo tengo hechos dos fantásticos puzzles de 2.500 y 5.000 piezas respectivamente a los que les falta una pieza a cada uno. Cortesía de la perrita que teníamos en casa de mis padres.

  2. En los puzzles digitales de los que os he hablado hay que pagar para tener acceso a todos los animales.

PROS:

  1. A menos que os dé por enmarcar los puzzles, estos se pueden hacer y deshacer tantas veces como queráis y jugar con ellos hasta la saciedad.

  2. Leí una vez que los puzzles son un ejercicio para la mente. Aunque, a menos que os pongan tan nerviosas como a mi hermana, son divertidos sin más.

  3. Como os dije antes, hay puzzles para casi todas las edades. Sólo hay que elegirlos con sentido común. No le regaléis a un bebé un puzzle como el de la primera foto o le deis un puzzle digital, probablemente no sepa qué hacer con él. De la misma manera, no le deis a un niño de 6 años el libro-puzzle porque se aburrirá de él a los cinco minutos.

Ahora contadme vosotras: ¿sois de las que se ponen nerviosas o de las que les relaja hacer puzzles? ¿Vuestros hijos tienen puzzles? ¿Juegan con ellos o no les hacen mucho caso? ¡No te olvides de mencionar la edad de tus peques!


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