Revista Comunicación

De manzanas mordidas y secesiones mágicas

Publicado el 10 septiembre 2014 por Lya
Yo es que a este mundo no le entiendo. Ayer todo quisqui preocupado por los nuevos chismes de la manzanita con muerdo y nadie, nadie haciendo caso a lo verdaderamente importante. Menos mal, menos mal que aquí estuve yo, erigiéndome en líder de masas y verbalizando eso de lo que nadie habla. MENOS MAL. 
Porque vamos a ver, más friki que yo de los aparatitos tecnológicos, poca gente. Pero de ahí a perder el oremus porque la pantalla de ese aifon que no me puedo comprar haya aumentado un pelín, va un trecho. Quiero creer que en el circo de Apple la gente entra sabiendo lo que se va a encontrar y dispuestos a todo. En plan vestales en el altar del sacrificio al dios Steve Jobs. Todos ahí, con el culo en pompa, con perdón, dispuestos a ser sodomizados, con perdón, y a gastarse un dineral indecente en un chisme que el año que viene estará desactualizado. Pero, en fin, cada cual que haga con su dignidad y su cuenta corriente lo que quiera. El problema esencial aparece cuando este afán por conocer hasta la hora a la que va al baño Tim Cook se transforma en eso tan español llamado 'cuñadismo'. El presumir, el saber, el apostolar y el tocar las narices a toda tu familia, vecinos, parientes y adosados acosados. 

Tengo yo ya muy comprobado que la seguridad de muchas personas reside en el tamaño y prestaciones de su teléfono móvil. Y cuando tú les dices que con tu Sansung, de Android, pequeñajo, feo, tienes más que suficiente no sólo para la vida diaria sino también, incluso y además, para solventar temas de trabajo, te miran con esa mezcla de superioridad e incredulidad, "pobrecilla", piensan. Pues oiga, que no. Que para el guasap, el tuiter y el feisbú me da más que de sobra. También para que me llamen y para llamar. Y para tener alguna aplicación tipo Shazam. ¿Qué hace un aifon además de todo eso? ¿Te canta, te baila, te cocina? Que no me da la gana, oiga, endeudarme o gastarme un pastón en un móvil. QUE NO. 

Pero a lo que iba, que al final me lío y me pierdo. QUE NADIE HACE CASO A LO QUE DE VERDAD IMPORTA. 
Atención, pregunta: ¿por qué J.K. Rowling es tan defensora y partidaria de la permanencia de Escocia en el Reino Unido? ¿EH?
Respuesta: porque a ver qué hacemos con Hogwarts, castillo escocés de toda la vida de Dumbledore, si resulta que Escocia ya no es UK. A ver qué hacemos, en general, con el mundo mágico británico. Dividido en dos. Dos Ministerios de Magia, dos bancos, ¿dos escuelas? ¿Habría también cambio de monedas? ¿Y los equipos de Quiddicht? ¿Los magos necesitarían pasaporte para viajar por la red Flu a Hogsmeade? 
No sé vosotros, pero yo no tengo vida desde que me planteé estas cuestiones. Un mito está en peligro. 
De manzanas mordidas y secesiones mágicas

No, Draco, no nos entiende nadie... 



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