Hasta hace pocos años se accedía al valle por una larga pista y dura pista de montaña que estaba cortada durante los meses de noviembre a mayo. Hoy, con una carretera asfaltada, el acceso se ha mejorado considerablemente.
Salimos pronto de Marrakech en dirección a Azilal, una pequeña ciudad de unos 20.000 habitantes, capital de provincia, zoco comarcal y nudo de comunicaciones. Esta localidad está situada en las altas mesetas de la región más occidental del Atlas Medio. En Azilal bajamos del minibús para estirar un poco las piernas, buscar un baño y comprar agua embotellada. Hasta tuvimos tiempo de callejar un poco y visitar un mercado.
Continuamos el viaje por carreteras atravesando ríos y suelos pedregosos, cada vez más estrechas. Algunos tramos de carretera son un tanto peligrosos por su estado de conservación. Desde Azilal a Agouti, el poblado más importante del valle feliz, hay unos 65 km que se recorren en unas dos horas aproximadamente. Aquí es donde termina la carretera asfaltada. Antes paramos a comer en un zona de huertos junto a un riachuelo.
Retomamos la marcha. Cruzamos el collado de Aghbar (2.250 m.) y, finalmente, llegamos a un amplio valle plano, el valle Aït Bouguemez.
Ya en el valle Aït Bouguemez paramos en la aldea de Timmit, cogimos las mochilas y empezamos nuestra ruta a pie por el valle. El primer objetivo: subir la colina piramidal de Sidi Moussa y recorrer un tramo del valle hasta la aldea de Iskattafene.
Aquí podéis ver todas las fotos que realizamos durante el trayecto de Marrakech al Valle Feliz.
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