No, no me he ido sigo aquí. Otras obligaciones me tienen alejado un tiempo del blog y su universo, gracias a quienes me habéis escrito preguntándome y pidiéndome que volviese a escribir, como os dije espero volver a publicar pronto nuevas historias. Mientras eso sucede, y aprovechando las fechas en las que estamos, me gustaría rescatar uno de mis primeros relatos Masquerade.
Hay fiestas para celebrar el amor o para agradecer nuestra buena fortuna, en otras en cambio, quizás como homenaje a la bipolaridad del ser humano, celebramos derrotas o penas. Entre todas estas celebraciones marcadas en rojo en los calendarios, sin fecha fija oculta entre números impresos en tinta negra. El carnaval, y este relato rescatado va sobre eso, sobre la sátira, el misterio, el erotismo, y el libertinaje.
Espero que lo disfrutéis…
“Las máscaras eran de lo que más espectacular, estaban hechas a base de pan de oro, craquelado y decorado con finos arabescos para acabar con tres preciosas plumas blancas coronando su frente. Dicen que las antiguas damas de la nobleza veneciana se disfrazaban con aquellas máscaras, ocultando su identidad con la finalidad de mezclarse con el pueblo llano, según las malas lenguas para poder gozar con los atributos y las formas poco refinadas de los hombres alejados de los palacios venecianos.”
Leer el relato completo Masquerade