Hace días uno de mis alumnos me preguntó al terminar la clase: "Profe ¿tú de mayor que quieres ser?" El pobrecillo me miraba sin pestañear desde su escaso metro cuarenta con los ojos tan abiertos como su inquietud, y sentí la obligación de darle una de esas respuestas de película que nunca se olvidan...De esas que almacenas en el cerebro cuando eres niño hasta que, llegado el día, algún enano te pregunta lo mismo y el cuento vuelve a empezar. Fruncí el ceño, redoblaron los tambores, y afirmé: "feliz ¿Qué más se puede pedir?" Lo más probable es que yo recuerde su pregunta más que él mi respuesta. Aun así me alegra saber que todavía no soy "mayor" (¿cuándo está estipulado que uno lo sea?) y me enorgullece conseguir que mi trabajo no parezca un trabajo; más bien una buena forma de pasar el día.
Los que todavía no han salido del cascarón piden "ser algo" como quién pide propina a la abuela o regalos a los reyes "Traedme el barco de playmobil, la mochila del Barça y un contrato a tiempo completo en lo que más me guste" Por pedir que no quede...Pasados los años ya no entregas cartas a los pajes, entregas currículos...y visto el nivel de paro los Españoles deben haberse portado muy mal ¡No nos dan ni carbón dulce! Mi padre suele decir que esta vida es un fraude, y no le falta razón. Yo lo noté la primera vez que pisé una discoteca ¿dónde narices se esconden esas chicas tan guapas que aparecen en la tele? Al final más que pensar en lo que uno quiere ser, debe plantearse qué puede ser...y después ver si ahí le dejan meter baza. Intenten ser felices y punto en boca.