Reconozco que sigo sin acostumbrarme a que un jugador cambie de club por cuestiones meramente económicas. Subir de categoría o de nivel conlleva una mejora salarial y la posibilidad de competir por títulos. Sin embargo, ceder terreno en lo deportivo, en beneficio de la nómina…
Tampoco puede decirse que los jugadores pasen penurias para llegar a fin de mes. Con todo, hemos visto a un Touré Yayá “triste” por abandonar “su Barcelona”. Dice que no le ha quedado más remedio, que no jugaba. Ahora partirá rumbo a Manchester, donde jugará en el City junto a su hermano, Kolo.
No ha escondido que fue su representante, Seluk, quien le animó a cambiar de aires. Ya conocemos a este personaje, que salía a la palestra de vez en cuando para pedir y pedir. Ahora sabemos el motivo: al parecer, de esos 30 millones aproximados que pagará el City por el marfileño, ¡Seis irán para el representante! Claro que quería un cambio de aires.
Sin embargo, creo que Touré debería ser más claro. Podría decir que se va porque va a cobrar 15 millones de euros por temporada. El futbolista mejor pagado de la Premier. Se va con deseos de volver a Barcelona, a un club donde no sé si lo volverían a recibir. Quizá eche en falta un puesto de titular indiscutible en su nuevo equipo cuando vuelva tras su marcha a la Copa África.
Sin duda, de mayor quiero ser representante.