Las abuelas, y las no tanto, preguntaban qué estaba pasando cada dos segundos. El sonido no solía ser bueno, la imagen podía verse borrosa y el ángulo haría temblar al mismísimo Scorsese pero, amigos, era GRATIS. Y ya sabemos que en España eso de pagar por algo teniendo la oportunidad de conseguirlo por la patilla nos parece anticonstitucional.
Con las series la cosa era distinta. Claro, no ibas a ponerte a grabar delante de la tele de tu casa (¡ojo que hay casos!). Ver La que se avecina sentado delante del ordenador y rodeada de banners agresivos sin recurrir a la página oficial de Telecinco donde la serie está disponible por el módico coste de unos anuncios bien puestos no tiene precio.
Pero las que verdaderamente se beneficiaron de este invento fueron las series norteamericanas. Ficciones como Cómo conocí a vuestra madre (CBS), Modern Family (ABC), Big Bang Theory (CBS) o Prison Break (FOX) se colaron en cientos de hogares de todo el mundo logrando una difusión y unas ventas internacionales nunca antes esperadas.
El modelo es perfecto: un avispado de un país donde se emite la serie en primicia la graba a una buena calidad, si puede ser en HD mejor, otro (o el mismo) hace unos subtítulos en el idioma que le interese y ambos archivos se juntan para colgarlos en la web y dar la posibilidad a cientos de miles de personas de ver el capítulo tan solo horas después de su emisión. Un proceso que de forma legal puede llevar semanas.
Aunque las televisiones se pusieron las pilas y ahora es normal ver un estreno en España un día después que en EEUU, por ejemplo. No cabe duda que el revulsivo de este cambio cualitativo lo ha marcado la serie Lost cuyo último capítulo se emitió simultáneamente en EEUU (ABC) y España (Cuatro). Promo emitida por Cuatro de madrugada al finalizar la emisión simultánea del último capítulo de Perdidos
Esto no queda solo en el mundo de las series. Los cantantes han multiplicado el número (y el precio de las entradas) de sus conciertos, encadenan las giras y venden toneladas de merchandaising “gracias” entre otras cosas a la “piratería”.
Pero claro, toda cara tiene su cruz, y la pregunta es ¿qué pasa con los pequeños productores de contenidos? Las pérdidas de una multinacional o una network americana pueden ser asumibles y recuperadas con creces por las otras vías antes mencionadas. Pero ¿y si cuatro amigos nos hipotecamos de por vida para hacer una peli que apenas nos va a aportar beneficios? Ahí la cosa cambia.
No digo que esté completamente en contra o completamente a favor del cierre o el funcionamiento de Megaupload. Todo tiene sus contraprestaciones y yo no soy un santo. Considero que con este sistema bien utilizado las productoras podrían ganar bastante dinero y satisfacer a casi todo el mundo. Pero hay que tener dos dedos de frente (en algunos casos se tienen más) para valorar todas las consecuencias del funcionamiento de estas plataformas y como potenciales creadores no podemos tirar piedras contra nuestro propio tejado.
Sin embargo, como veíamos el principio en España hecha la ley nacido el corrupto y ya han empezado a resurgir con fuerza a pie de anden y barra de bar aquellos casi extinguidos top manta que vendían los últimos estrenos, con la misma (mala) calidad, fuera de la Red pero dentro de las mafias.
(para entender completamente el post no dejes de ver al menos 1 min de este vídeo)
Así estamos.
P.D.: Parte del contenido de este post ha surgido de conversaciones con @danisanchez9Tweet