El pasado día 18 de junio, por fin, di mi última clase de conducir. No me lo creo ni yo. Quién me iba a decir que podría coger el coche como cualquier otra persona teniendo en cuenta mi amaxofobia inicial. Ha sido un camino duro. He tenido que enfrentarme a mis propios miedos, mirarles a la cara y gritarles: “¡no vais a poder conmigo!”. Ha sido un camino de superación personal.
No tenía que demostrarle nada a nadie, pero lo he hecho. Me he demostrado a mí misma que todo es cuestión de proponérmelo. He demostrado a mis hijos que no hay que dejar que nuestros miedos nos condicionen, que tener miedo es normal, pero lo que nos convierte en valientes o cobardes es nuestra manera de enfrentarnos a aquello que nos asusta.
Soy consciente de que aún me queda mucho camino por recorrer (nunca mejor dicho) porque ahora lo que me toca es practicar. Pero la base ya la tengo. Mi ya ex profesor de autoescuela se dio cuenta. Me dijo que se me notaba más soltura al volante. Ya no me asusto tan fácilmente ante lo que pueda encontrarme en la carretera y que reacciono muy bien ante los típicos imprevistos de la carretera (peatones que saltan al paso de cebra, coches mal aparcados en doble fila, cruzados en glorietas, etc.).
Ahora siento que soy yo quien controla al coche y no al revés. Ahora no me pongo nerviosa al conducir. Ahora me siento algo más realizada como persona y también algo menos inútil, tengo que reconocerlo.
CONTRAS:
-
Ahora hago más recados que antes: ir a hacer la compra, comprar un regalo, etc. El Tripadre está encantado.
-
Tengo que empezar a salir a autovías y carretas porque las incorporaciones y la velocidad me siguen intimidando. Sin embargo, sé que sólo tengo que practicarlo. Lo mismo me pasó con las glorietas y ahora ya no me dan tanto respeto.
PROS:
-
Poder llevar a mi hijo (cualquier de ellos) al médico cuando se han puesto malitos, sin tener que depender de alguien que me lleve, es una de las mejores cosas que he hecho al volver a conducir.
-
Poder ir a comprar sin depender del Tripadre es fantástico. Y, en cuanto solucione lo de las incorporaciones a la autovía, podré ir a más sitios .
-
Cuanto más conduzco, mejor lo hago. Los dichosos consejos al volante están descendiendo. Lo que también me ayuda a tener más confianza en que puedo conducir bien.
-
Como dije antes, me siento menos inútil. No es que quien no conduzca sea inútil, ni mucho menos. Pero recordad que yo tenía el carné cogiendo polvo desde hacer más de diez años en un cajón y eso es lo que me hacía sentir mal.
A raíz de todas estas entradas contando mi problema al conducir y cómo lo he ido superando poco a poco, habéis sido muchas las personas que me habéis dicho que algo parecido os había pasado. Si hay alguien por ahí con este problema, desde aquí quiero animarle a volver a la autoescuela. Es posible volver a conducir.
También habéis sido muchos y muchas quienes me habéis felicitado y animado en mis peripecias al volante. A todos vosotros, mil gracias pues muchos días, cuando creía que no podría superar mis miedos, habéis conseguido que me sentara otro día al volante dispuesta a poder con todo. No sabía yo que podía sentirme tan arropada a través del blog y las redes sociales .
Y, por supuesto, gracias de todo corazón al Tripadre. El primero en confiar en mí y en animarme para poder superarme a mí misma. Gracias por creer en mí, solete.
Y ahora, ¡a seguir practicando!