Esta semana, cercanos al 8 de marzo, era inevitable también pensar en morado. Así que haberme enterado de que un grupo de 70 modelos americanas ha denunciado las presiones que reciben dentro de la industria de la moda para perder peso, poniendo de paso su salud en riesgo, me ha motivado a escribir sobre ello. Claro está que no es un problema nuevo en su gremio pero la novedad radica en no haberse callado y haberlo denunciado. Parece ser que ello es una continua exigencia y se convierte con demasiada frecuencia en una condición sine qua non previa a su contratación para subirse a la pasarela. La denuncia la han realizado en una carta pública cara a la Fashion Week de Nueva York (9 a 17 de febrero) en la que han hecho un llamamiento para que se dé prioridad a la salud y la diversidad.
Carta pública (en inglés)
Un estudio publicado en enero de 2017 en International Journal of Eating Disorders explica la negligencia de la industria de la moda para incentivar un peso saludable y corrobora el serio problema que ello acarrea. En él se pone de manifiesto que un 81% de las modelos encuestadas estaban por debajo del peso recomendado, que un 62,4% había recibido órdenes de su agencia u otra persona para que perdieran peso, que un 56% se había saltado comidas o ayunado para conseguirlo y que un 8% recurrió a los vómitos para perder los que le requerían. ¡Hay que ver la presión de la moda lo cruel que puede ser!Fue en 2006 cuando la Pasarela Cibeles (Madrid) saltó a los medios de comunicación por convertirse en la primera que establecía unas medidas corporales mínimas de las modelos para desfilar. Los organizadores de esta pasarela exigieron, y aún exigen, un índice de masa corporal de 18 Kg/m2. Esto implica que una modelo de 1,75 m deberá pesar, como mínimo, 56 kilogramos. Las modelos, aunque aún siguen siendo delgadas no lo son de forma extrema. El objetivo fue exponer un modelo de belleza, alejado de la extrema delgadez y salvaguardar en cierto modo de unos ejemplos cuestionables que tanto daño podría hacer a las adolescentes, en particular, y a la sociedad en general. No tardó la medida en importarse a otras pasarelas como la de Londres o París, aunque fuera con otros criterios. De esta forma, Cibeles fue la pionera en emprender esta medida como lucha contra la anorexia.
Han pasado 10 años y esta vez (12-12-2016) ha sido el director de la 080 Barcelona Fashion quién quiere fomentar un mayor grado de salud y bienestar, comprometiéndose a impulsar el Decálogo de buenas prácticas sobre el fomento de la autoestima y la imagen corporal y a la realización de formación de todo el entorno para comprender los factores causales y de riesgo, identificar situaciones de falta de salud y poder prevenirlas desde el propio sector, en colaboración con la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia. Iniciativa que tiene un gran interés social y de salud pública.
Recientemente (noviembre 2016) Andalucía se ha unido a este movimiento y ha realizado un “Manifiesto andaluz a favor de la moda y los desfiles saludables como activos para la salud” en el marco de las distintas acciones emprendidas desde la Iniciativa “Imagen y Salud” de la Junta de Andalucía, que persigue cinco claros objetivos:
- Promover un debate social a favor de la diversidad corporal, la autoestima y la satisfacción con el propio cuerpo.
- Favorecer alianzas con el sector de la moda.
- Sensibilizar a corrientes de opinión, frente a propuestas y modelos que ponen en riesgo la salud y los principios de igualdad de género.
- Promover actitudes y conocimientos que permitan defenderse ante presiones y situaciones que pongan en riesgo la salud.
- Generar reflexiones y documentación que, desde la evidencia, aporten recursos a acciones legislativas que pudieren desarrollarse.
Buenas iniciativas para empezar a desactivar tanta presión a la población infanto-juvenil y en general, a las mujeres que bajo la excusa de la moda se propician. Queda mucho trecho para lograr la igualdad real de la mujer y los esfuerzos deben ser dobles, por una parte desarbolar los privilegios masculinos por otra, empoderar a las mujeres para que se defienda de estas influencias que en definitiva sólo conducen a reproducir los mismos clichés de siempre.