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De mudanzas, viejas de M, y el infierno de Dante

Publicado el 14 febrero 2013 por Sergiofeldmann1

De mudanzas,  viejas de M,  y el infierno de DanteLa mudanza
Dicen que una de las situaciones mas estresantes por las que atravesamos las personas son las mudanzas.
Mas allá del motivo, sea buscada o anhelada, esta genera un estrés que por mas bien planeada que haya estado desde el principio en algún momento no te pones de acuerdo con los ochocientos items que implican ordenar y clasificar las cosas.  He pasado por muchas y he padecido las que se hacen en familia y las que se hacen solo.
Soy practico, y se me confunde con desordenado. Si con la cantidad de cosas que uno tiene que mudar -en algunos casos, y este no es el nuestro, demos gracias al Señor- te pones en quisquilloso, la tarea de mudarte no solo es estresante sino que los instintos asesinos y lo peor de tu lado oscuro hace que se te ocurran las mas siniestras ideas para terminar con ese suplicio. Como en la foto de abajo, en el preciso momento que Diego me indicaba como la ropa debía estar doblada por color y en sus respectivas bolsitas,..si leíste bien, bolsitas.  WHAT?!

De mudanzas,  viejas de M,  y el infierno de Dante

A ver?. Como es que decís de ordenar?

Cuando llegamos a Londres alquilamos un apartamento ya amueblado así que solo tuvimos que  cargar con las valijas unos metros hasta un auto e ir hacia nuestro destino final, West Hampstead que es donde vivimos actualmente.  Pero el bicho de la no sincronización hizo que cosas mínimas como guardar calzoncillos haya sido un tema largamente debatido, fuente de inspiración para lo foto.  Pero también tuvo su parte divertida: ir a comprar boludeces a IKEA.

De mudanzas,  viejas de M,  y el infierno de Dante

Te parece?, mmmmm

IKEA es un lugar donde podes equiparte una casa entera a precios razonables, mas allá que cuando llegas a la caja caes en la cuenta de todo lo que compraste y los precios pierden instantáneamente toda racionalidad, pero tuvimos que equiparnos con platos, algunos electrodomésticos, ropa de cama, etc,etc.  Este es un lugar odiado y amado por igual ya que muchos se sienten atrapados en un laberinto sin salida que solo te obliga bajo una hipnosis consumista a seguir cargando el changuito.
Con la democracia nuevamente instaurada en mi casa, y luego de algunas pequeñas rebeliones, todo comenzó a tomar forma y también otras fases de la mudanza, como reconocer el nuevo terreno.
La vieja de mierda

"No hay con que darle, cuando llegas a viejo o sos un viejo de mierda o un viejo muy piola, no hay intermedios"  Dicho por mi buen amigo Matias Catalá
Siempre procuré conocer a mis vecinos en los lugares donde vivía y he llegado a pasar tardes enteras tomando un té con alguna que otra vieja solitaria.
Esto es un capitulo aparte por si mismo, si algo me pasaba con estas señoras cuando vivía en la Argentina -la típica vieja de mierda del barrio- era que terminaba siendo mi aliada. Un misterio kafkiano absoluto.  Pero esto no se daba en cualquier ámbito, en los supermercados por ejemplo, las combatía, como aquella vez que apareció repentina como rayo y se metió de prepo delante mio. Ya la había reconocido, era una vieja de mierda,  pero retrocedí unos pasos para darle mas lugar y me jure no explotar, pero ella, no contenta con su pequeña victoria se dio media vuelta y  sentenció:
De mudanzas,  viejas de M,  y el infierno de Dante
-Yo tengo prioridad porque soy mayor -Dijo con su mejor cara de culo-
-Señora, el derecho lo tiene, pero no puede ser tan mal educada -con mi cara de serial killer-
-Yo soy mayor!
-Sos mayor y también una vieja de mierda! - Ya ni la traté de Usted. Podrás decirme que estuve mal, seguramente si, pero esa vieja era para matarla
El resto se resolvió entre algunos gritos e incluso casi me como un cachetazo, pero la cajera supo ser una apóstol de la paz y calmo las aguas; fue así cuando esa empleada se convirtió en mi nueva mejor amiga cuando le dijo que no era la forma, mas allá de que su derecho estaba intacto.
Fuera de los muros del Supermercado, yo tenia a mi soldado mas valiente, Doña Elisa, la cual no dudaba en pegarte con su bastón si se te ocurría pasar por su vereda con tu perro. Tardaba 5 horas en hacer 100 metros, pero los reflejos que no tenia para caminar, los tenia para pegarte un palazo en medio de la cabeza.  Agazapada en la entrada de su casa, no dudaba en salir al ataque y  podía escucharse muy seguido desde mi balcón: "vieja loca!!".
Sus victimas preferidas, los paseadores de perros. Pero Norton y yo teníamos visa de vereda*.  Doña Elisa me quería, yo le temía. Era una vieja chucara, y cuando se refería a Diego, solía decirme: "Hoy vi a tu socio" con tono despectivo.
El infierno de Dante
De mudanzas,  viejas de M,  y el infierno de Dante
Pero volvamos a Londres.  Mi relación con la tercera edad merece un capitulo aparte y no quiero quemar recursos literarios.
Cuando llegué llovió durante todo el mes sin parar. El barrio estaba bajo un manto de silencio que se te encrespaban hasta el mas recóndito folículo. Diego tuvo que viajar a China y Norton todavía estaba en Argentina.  Llegué a pensar que tal vez mi avión se había caído en medio del Atlántico camino a Inglaterra y ahora estaba atrapado en algunos de los círculos del infierno que Dante Alighieri describe en su Divina Comedia.
No había indicios que iba a conocer a muchos vecinos, y el tiempo no ayudaba. En aquel entonces la lluvia tenia un efecto devastador en mi, me bajaron las defensas y caí enfermo.  Mi única esperanza era que pronto llegaría un amigo del alma de visita; pero hasta no ver a alguien de carne y hueso seguiría sospechando que era solo un alma que se aferraba a la vida, intentando enfermar un cuerpo que ya no existía.
La lluvia paro al fin y escuché un ruido. Un auto! un auto! HELP! HELP! HELP!
De mudanzas,  viejas de M,  y el infierno de Dante

Pero no hay mal que dure cien años; Diego llego de China, mi amigo Matias de Argentina y Sebastian de España, cosa que ayudo muchísimo en mi regreso desde el mas allá.

De mudanzas,  viejas de M,  y el infierno de Dante

De derecha a izquierda: Matias, Sebastian, Yo y Diego en Buckinham Palace

De mudanzas,  viejas de M,  y el infierno de Dante

Infaltable: un Pub inglés

Fue una semana de turismo con amigos. Yo conocía tanto como ellos, así que la inspección del barrio también fue medio en conjunto. Cuando esta primer etapa de visitas terminó, todavía seguía en proceso de adaptación.
Ahora, ya pasó un año y  una nueva mudanza ya mas definitiva se nos acerca. Esta vez no nos vamos a un apartamento amueblado , y a eso agregale que al día de hoy, todavía no hay novedades sobre la propiedad que hemos elegido -cuestiones técnicas administrativas que solo aburriría al lector-.
Pero ahora ya estoy mas preparado, mi contexto va a ser otro y el impacto del cambio de continente ya pasó su prueba mas difícil.  Nuevas rebeliones se avecinan y un nuevo combatiente se suma a las filas, el perro.  Entendí que los vecinos solo se los ve en verano y con buen tiempo, o sea...
Perdí esperanzas de rememorar viejas batallas en los supermercados, acá hasta las viejas de mierda son muy educadas y la gente en general evita conocerte del mismo modo que comenzar cualquier discusión.  La gente adora hacer colas y las respetan a rajatabla.
Sera cuestión de esperar y ver si ya, cuando nos instalemos el tiempo me da para conocer mas de esta extraña sociedad.  Esta mudanza se las trae, por las dudas ya tengo preparado nuevo elemento de tortura ante cualquier sugerencia fuera de lugar y Norton ya aprendió la orden: "al cuello" si se insiste con el tema.
Hasta mi próximo post..
Sergio.
*acera, sendero
Escrito por Sergio Feldmann

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