Revista En Femenino
Si es la primera vez que visitas el blog no olvides suscribirte para recibir todas las entradas RSS feed. ¡Gracias y no olvides que el blog se alimenta con tus comentarios!¿Conoces el chiste del mecánico y el tornillo?Un hombre llama a un mecánico porque su coche no se pone en marcha. Él ha intentado todo lo que sabe, pero el coche sigue sin arrancar. El mecánico llega, abre el capó, mira el coche y tras apretar un solo tornillo el coche se pone en marcha.
EL dueño del coche pregunta, casi como si no fuera la cosa con él, si le debe algo. El mecánico le dice que son 100€. El dueño del coche le dice entre sorprendido y enfadado, que cómo le va a cobrar 100€ por apretar un tornillo? El mecánico le responde:“Apretar un tornillo cuesta 1€
Los otros 99€ son por saber qué tornillo apretar” Este es un debate antiguo.No es la primera vez que en el mundo que me muevo surge el tema del dinero y de lo apropiado de cobrar o no por este tipo de trabajos, difíciles de reglar. Trabajos que si bien es cierto empiezan como voluntariado, suponen una inversión de tiempo y dinero por parte de quienes lo efectuamos.
Dinero para pagar cursos y viajes y dietas para asistir a esos cursos. Dinero que dejas de ganar cuando dedicas tu tiempo a esto y no a otra cosa. Dinero que gastas cuando te desplazas por tus medios a visitar a madres que lo necesitan.
Todos entendemos que un trabajo voluntario es eso: voluntario.Y en el propio concepto de la palabra está su significado: se hace “por voluntad propia”. POR VOLUNTAD PROPIA. Y como tal, una debería decidir cuánto ha de durar ese voluntariado o hasta qué grado. Porque si no, si en vez de decidirlo yo, lo decides tú… ya no es voluntariado.
Hay como una especie de doble rasero que nos dice que lo que es “bueno” y “necesario” y “útil” debería ser gratis y lo demás, lo superficial, lo material, lo prescindible se puede y debe pagar. ¿No es eso una incongruencia?
Entiendo que el conocimiento que puede contribuir a tener una lactancia exitosa, o aprender a llevar a tu hijo con una tela o acompañarte en tuparto o en tu duelo, es algo intangible y debería ser patrimonio de la humanidad, y ser dado y recibido sin entrar en un “mercadeo”.
Pero que alguien me explique por qué una familia ve mal pagar por una asesoría que puede contribuir a establecer la lactancia ( con lo que eso supone no solo a nivel afectivo y de salud, sino económicamente hablando) y luego se gasta hasta 1000€ en un carrito? ¿O 20€ en unas zapatillas para un bebé que no camina de una conocida marca de deporte? O sencillamente, en cualquier otra cosa que quieran…
No juzgo que la gente se gaste su dinero en lo que quiera… faltaría más. Lo que juzgo es que se pretenda que yo regale el mío.
Se le paga a todo aquél que nos da un producto o un servicio: abogado, médico, panadero, peluquera, empleada de hogar… A veces por productos o trabajos temporales o perecederos… Las que nos teñimos y/o depilamos sabemos que es un gasto periódico. No pretendemos que como vernos con una buena imagen es bueno para nuestra autoestima, la peluquera debe hacernos su trabajo gratis. Ni pensamos que como la salud es un derecho fundamental el médico no ha de cobrar por su trabajo.
Entonces, ¿de dónde surge el debate de si una asesora de lactancia, o de porteo o una monitora de masaje infantil o una doula, o una asesora continuum, o Pepita Pérez , simple mamá con los conocimientos que tú necesitas, decide que fuera (o no) de una cantidad de tiempo X que dedica voluntaria y gratuítamente ( de este término hablaré más en profundidad a continuación) el resto de su tiempo lo va a cobrar?¿A qué otras profesiones o actividades les exigimos una dedicación completa desinteresada?
Imagino que el trasfondo es pensar que no se puede mezclar lo bueno ( ayuda a la mujer en algo tan necesario) con lo malo (dinero).
Pero, resulta que el dinero en sí no es malo. Malo es lo que se hace con él o lo que se hace, a veces, para conseguirlo. El dinero como tal es un elemento de pago, una moneda de cambio, como en su día lo fue la sal o las especias. Y antes de eso, el trueque.Nunca en la historia la gente esperaba recibir un servicio gratis. La Ley de la Compensación está en la propia conciencia humana, independientemente de las leyes humanas temporales establecidas con más o menos sentido de la justicia. De hecho eso es justicia ¿no?, ¿no se la representa como una balanza precisamente para transmitir el concepto de equidad? ¿de que uno no reciba más de lo que da?Por años el trueque fue la forma habitual de tener aquello que se necesitaba, pagando con lo que se tenía:Después con la necesidad de “medir” el valor de cada cosa apareció el concepto de moneda, primero con valor material, y luego con valor simbólico. Eso es el dinero.
Cuando hoy decimos: “mi hora de trabajo vale x” deberían sobrar las explicaciones y deberían sobrar las críticas.
Si criticas a alguien por cobrar su tiempo y su experiencia, piensa en qué hay en ti que ve mal algo a lo que la otra persona tiene derecho.
Piensa en qué moneda usas tú para pagar todo lo que usas y necesitas, ¿de dónde sacas ese dinero? ¿trabajando tú o alguien de tu familia para ti? ¿ Y por qué crees que tú eres mejor que esa persona que sí mereces una remuneración y la otra persona no? ¿Esperarías que alguien fuera a tu casa a limpiarte gratis? ¿ Y por qué esperas que haya alguien dispuesto a ir a tu casa a cualquier hora, cualquier día del año, gratis, para ayudarte a solucionar una urgencia con tu lactancia (por poner un ejemplo)? ¿ Y por qué quieres que alguien esté una hora o más contigo, enseñándote algo que podrías aprender tú sola dedicándole más horas y que lo haga gratis? ¿ Y por qué crees que alguien tiene que responderte tus consultas y dudas gratis, ahorrándote tiempo de búsqueda y de criba, quitándose tiempo para ella misma y su familia? ¿Quién eres tú para decidir sobre el tiempo de los demás?En este punto me gustaría copiaros el significado, etimológicamente hablando, del término GRATISEl significado que tiene hoy en día es el mismo que tenía para los romanos cuando dieron finalmente forma adverbial al ablativo plural de gratia, ae.
En efecto, antes de la época clásica se escribía siempre gratiis, que interpretado como ablativo instrumental nos llevaría a entender el adverbio como “haciendo favores”, “a cambio tan sólo de las gracias o los agradecimientos”. Una forma casi indeclinable de gratia es grates, que se refiere exclusivamente a nuestro “gracias” y se usa únicamente para dar las gracias o para referirse a estos actos de agradecimiento o de acción de gracias, y tiene que ver directamente con ser agradecido, es decir con hacerse grato (gratus) como expresión de agradecimiento. De hecho es el pago que se exige por la gratuidad, el agradecimiento, es decir el hacerse agradable a quien tan graciosamente nos favorece. La gratuidad, por tanto, no es total. Devenga agradecimiento, que es una forma de pago muy especiosa, de alta rentabilidad política, porque los pobres también votan.
De todos modos hay que observar que el uso del adverbio gratis ha experimentado serias variaciones desde el que tenía en latín al que tiene en la actualidad. En latín siempre se percibe la idea de gracia y de agrado. Quizá la traducción más fiel del valor que tenía para los romanos la palabra gratis, sería nuestro “graciosamente” , en la misma línea que gradoso, de grado o de buen grado. De ahí que la expresión latina “gratis et amore” sea más adecuado interpretarla casi como una tautología: “con gusto y con amor”, o más en castizo, “de mil amores”. En cambio actualmente el adverbio gratis ha perdido toda vinculación semántica con su origen léxico, con la gracia y con el de grado. Hoy gratis significa solamente que no se ha de pagar con dinero. Es un concepto puramente económico.
Interesante ¿no?Porque a veces quienes damos algo gratis nos sentiríamos pagadas con simplemente notar el agradecimiento en el receptor … pero como habéis leído… no es que el lenguaje cambie… es que cambia el concepto y el lenguaje lo recoge.
Antes lo “gratis” implicaba devolver con un sentido de gratitud… Hoy ni eso.
LA mayoría de las consultas, esas de pasarme horas en casas ajenas, con mi hijo a cuestas, invirtiendo mi dinero en coche y gasolina, dándome las tantas de la noche y mi hijo dormido en mi espalda… Pues la mayoría de esas horas no fueron pagadas no… ni agradecidas… Ni una nota, ni un correo…
Muchas de las consultas respondidas por correo, o por sms (que encima me cuestan dinero) o por whatsapp, más de lo mismo. A veces incluso con tono exigente:
“Te vi en linea y no me respondiste” me han mandado más de una vez al whats app !!! O-OCuriosamente, algunas incluso, luego pagan a otras por lo que recibieron de mi gratis… ¡¡¡paradojas de la vida!!!
Creo que la gratuidad total lo único que consigue es crear desagradecidos. Gente que en vez de gracias… lo que te dicen es: “de nada”Así que siento si a alguien le molesta cuando al preguntarme les respondo que mi hora de trabajo o mis asesorías ( presencial, por teléfono, correo o videoconfernecia) cuestan X.
Más siento yo que mi banco y el tendero de la esquina no me acepten mi experiencia como pago de la hipoteca y la comida.PD: No quiero ser injusta y no mencionar a todas las personas que me demuestran su agradecimiento en múltiples formas…
NO LAS OLVIDO
De hecho, si no hubiera sido por ellas, hace tiempo hubiera tirado la toalla.
GRACIAS
Y sí… siempre he aceptado trueque por mi trabajo… y solo me lo han ofrecido una vez