Felicitación 2017
Diario de una bruja moderna
¡Que ya es Navidad! ¡Que ya se acaba el año! Y lo digo con exclamaciones de sorpresa… y un poquito de desconcierto. Sí, que sí. Que a mi estas fechas me suelen pillar con el ritmo cambiado. No sé a vosotros, pero es que los años se me hacen meses y me descubro pensando “¿Otra vez? ¿Ya se acabó el año?” Antes solo me pasaba cuando me llamaban de la consulta del dentista para decirme que me tocaba la revisión, pero ahora… ¡estamos a 13 de diciembre y ni siquiera he pensado en los regalos!
¿A cuántos/as os pasa lo mismo? Pero vamos a ver, ¿no se supone que la Navidad es una fiesta familiar para juntarnos y celebrar lo mucho que nos queremos? Entonces, ¿para qué hacernos regalos? ¿Hay algún regalo que pueda ser más grande que el amor?
Hemos teñido la Navidad de un inmenso tapiz de cuentos. Cuentos algunos bonitos y otros casi, casi de terror. ¿O es que solo por ser Navidad nos queremos todos y ya reina la paz y el amor en el mundo? ¿Por qué tenemos que vernos con personas de las que no nos acordamos en todo el año solo por ser Navidad? Y es más, ¿por qué tenemos que sentarnos alrededor de mesas llenas de comida y debajo de un árbol lleno de regalos?
No, querid@ amander@, no te pienses que quiero romper el espíritu de la Navidad. Es solo que me gustaría que ese espíritu nos durara todo el año. Que durante todo el año regaláramos nuestra sonrisa a conocidos y desconocidos; que durante todo el año nos aseguremos de que las personas de nuestro alrededor no pasan hambre, o frío; que las diferencias de opinión se solucionan alrededor de una mesa y no en un campo de batalla; que los niños y niñas del mundo van al colegio y tienen futuro.
Porque los niños son los verdaderos protagonistas de la Navidad. Durante estos días su presencia y su ilusión nos ayudan a reencontrarnos con el niño, o la niña, que fuimos. Sus sonrisas, sus esperanzas, su corazón tan cándido, nos conectan con las nuestras. Su creer en un ser mágico que les hace llegar lo que tanto desean hace que, aunque por unos días, todos podamos creer que nuestros sueños vendrán hechos realidad desde el Polo Norte, o desde Oriente.
El mundo de hoy, la humanidad de hoy, necesita una Navidad que dure todo el año. Que no nos despisten sus distintos nombres, o la forma de vivirlo de las diferentes religiones, o creencias. Lo que realmente importa es su esencia. Necesitamos dejar de gritarnos y permitir que nuestros corazones se acerquen. Escucharnos mirándonos a los ojos y queriendo entendernos. ¿Hasta dónde podremos llegar si comenzamos a caminar juntos en la misma dirección?
Ayúdanos a hacer que así sea. Únete al movimiento Amanda porque entre todos podemos cambiar el mundo con el poder de la sonrisa. ¡365 días al año! Eso es lo que deseamos para ti este año: Que cada día vistas tu mejor sonrisa. Es un deseo que solo depende de ti. Así que, si tu quieres, ¡cumplido está!