«De ninguna parte» de Julia Navarro

¿Qué es más difícil?

Abir Nasr es un adolescente que presencia, impotente, el asesinato de su familia durante una misión del ejército israelí en el sur de Líbano. Ante los cadáveres de su madre y hermana pequeña, jura que perseguirá a los culpables durante el resto de su vida.

Noche tras noche la amenaza de Abir irrumpe en el sueño de Jacob Baudin, uno de los soldados que ha participado en la acción mientras cumplía con el servicio militar obligatorio, enfrentándose al dilema de luchar contra enemigos que no ha elegido. Jacob, hijo de padres franceses, no deja de sentirse un emigrante en Israel e intenta reconciliarse con una identidad que le viene dada por su condición de judío.

Después de la tragedia, Abir es acogido por unos familiares en París, donde se siente atrapado entre dos mundos irreconciliables, el asfixiante núcleo familiar y la sociedad abierta que le ofrece libertad y que encarnan dos jóvenes: su prima Noura, que se rebela contra las imposiciones del integrismo religioso de su padre y Marion, una adolescente hermosa y vitalista, de la que se enamora de forma obsesiva.

Editorial: Plaza & Janés (2021)

Formato: Tapa dura / Versión Kindle

'De ninguna parte' es la última novela, como siempre de corte histórico, de Julia Navarro. Confieso que he leído todos sus libros y ninguno como 'Dispara, yo ya estoy muerto' porque me enseñó a entender el conflicto entre israelíes y palestinos. Y casualmente esta nueva novela vuelve, en cierto modo, al mismo tema porque versa sobre el terrorismo islámico y sus dos protagonistas masculinos principales son uno, musulmán, y el otro, judío.

El primero es Abir Nasr, emigrado a París desde el Líbano tras el asesinato de sus padres a manos de los israelíes, forma parte de una célula terrorista: el Círculo de Europa, que nació cuando la invasión de Irak por los americanos y es dirigida por el jeque Mohsin. Este educó a Abir como soldado de Ala en las montañas de Afganistán, pero a pesar de todo nunca pudo olvidar su amor adolescente por Marion.

El segundo es Jacob Baidin, un ingeniero informático, experto en inteligencia artificial, nacido en Beirut como católico, y que emigra de niño a París donde, a la muerte de su padre, descubre sus orígenes judíos. Regresa entonces con su madre a Israel en busca de sus orígenes y, sin embargo, no deja de sentir su desarraigo por esa tierra y por ello no desea participar em la lucha contra los palestinos.

El nexo de unión entre ambos personajes es que Abir perdió a sus padres en un asalto en el Líbano cuando los israelíes intentaban secuestrar al jeque Mohsin, y en dicho asalto había participado Jacob.

Cuanto un comunicado, a través de la televisión francesa, amenaza con que si Estados Unidos no deja en libertad a los terroristas encarcelados en Guantánamo comenzarán una serie de ejecuciones., el terror se apodera del mundo, máxime cuando en Bruselas se está celebrando una Cumbre de la OTAN. Por ello, todos los servicios secretos deben unir sus fuerzas para encontrar a los terroristas en una lucha contrarreloj.

Este es, en esencia, el esqueleto de la novela y, como veis, trata sobre un tema muy actual, el yihadismo, con el que se mezclan otros como la emigración y los medios de comunicación, representados por importantes personajes femeninos: Marion y Noura, que habrán de jugar un papel decisivo en la historia.

Como final haré una reflexión sobre el título de la novela: No se es de ninguna parte cuando a uno le arrancan sus raíces y necesita buscarse a sí mismo en medio de la confusión. Quizás pensamientos como este nos ayuden a comprender un poco más a nuestro mundo.

Si quieres puedes hacerte con un ejemplar en el siguiente enlace: De ninguna parte