De nudos y de perder un ratito leyendo

Inmersos en la era tecnológica donde el fútbol está controlado al milímetro en muchísimas de las infinitas variables que pueda llevar a su estudio, hay materias aún que se le presta meridiana a nula atención y que, a la postre, resultan decisivas para el acontecer de los hechos. Se es pulcrísimo en recoger datos de toda índole, big datas, barrido de áreas, tirada de líneas de VAR...por otra parte, como debe ser, pero de ser meticulosos, también debiéramos serlo en algún que otro aspecto muy relevante para el devenir del juego. Me refiero concretamente a cómo deben atarse los cordones de las botas. Debe tenerse en cuenta que el nudo influye directamente en el golpeo y de hacerse mal o ubicarse mal depende en qué zona concreta, hace que la dirección que un futbolista imprima al mismo tenga como destino el fondo de la portería o de la grada.  No hace mucho, una cámara pudo captar cómo Toni Kroos llevaba a cabo este ritual y es admirable con qué mimo lo hacía y dónde llegaba a colocarse el nudo para que no interfiriese en sus golpeos. El resultado ya lo vemos cada vez que entra en contacto con el balón, una delicia. El otro asunto se presta a polémica porque cada uno lo lleva a su terreno y casi nadie atiende a lo que debe ser el punto de encuentro de las posibles discusiones, la letra del texto. Tampoco hace mucho que denuncié que en las Escuelas de Fútbol no se prestaba atención a las reglas del juego ni a sus actualizaciones. Pero voy más allá, nada les costaría a los clubes de la base y hasta los de élite dar unas fotocopias con las normativas actualizadas de las reglas de juego (lo podrían adjuntar a la ficha de renovación de socios cada comienzo de temporada). Y, no sólo voy por padres y aficionados, pongo el dedo señalador también en directivos, presidentes, directores deportivos, entrenadores y jugadores. Además de ser su obligación, este no conocimiento lleva a comportamientos indeseables, crispaciones inútiles y macarrismos traducidos, la mayoría de los casos, en lavados cerebrales en redes sociales. Para evitar todo ello, basta con perder un ratito y empaparse de internationals boards; nos ahorraríamos así mucha crispación a la ya sumada en otros ámbitos de nuestra vida social.