Sobre este santo, un corposanto extraído de las catacumbas, solo puede saberse sobre su culto moderno. El domingo 28 de mayo de 1865 la iglesia de Nuestra Señora de Roncier, Rostrenen, recibió con júbilo las reliquias del pequeño mártir, donadas por el Beato Pío IX (7 de febrero) al obispo Saint-Brieuc y Tréguier. El mismo prelado recibió las reliquias, celebrando un solemne pontifical.
Los huesos venían dentro de una típica imagen de cera de mediana factura, que pronto cautivó a los fieles quienes crearon la leyenda de un niño mártir asesinado por su propio padre por convertirse a la fe cristiana en la Roma pagana. Pero eso nadie lo sabe. Al parecer tuvo mucha devoción, hoy venida a menos. No hay que olvidar que es la época del auge del traslado de cuerpos de las catacumbas a casi todo el mundo. Tenemos el caso de la polémica Santa Filomena (11 de agosto y 24 de mayo), con una fuerte devoción basada en casi nada sólido.
Además podéis leer estos artículos sobre el tema:
De catacumbas y corposantos (I).
De catacumbas y corposantos (II).
A 28 de mayo además se celebra a:
San Teódulo de Edesa,
estilita.
San Jorand de
Bretaña, ermitaño.
San Andrés,
"loco por Cristo".