De pequeñas y grandes alegrías (por Ana)

Últimamente tengo la sensación de que no hago más que quejarme, de mi trabajo, de que voy corriendo a todas partes, de los atascos, de las obras, de la mala educación de las “personas humanas” que pululan por la gran ciudad cruzando de mala manera, colándose en la cola, dando codazos, echándote el humo de su cigarro encima cuando sales a la calle recién duchadita y con tus cremas y perfumes recién aplicados... Vamos, que yo encuentro motivos para estar enfurruñada varias veces al día...

Pero en este post quiero ser optimista, pensar en lo bueno que nos ofrece la vida, y hacer una lista de alguna de las pequeñas cosas que me producen alegría, satisfacción, hacen que me sienta bien y que recargue pilas para todo lo que bien después. Y por último, hablaré de la gran alegría de estos últimos días. Vamos allá:

1. Levantarme y que mi chico me haya hecho el desayuno, un café magnífico y una tostada con esa mermelada de fresa con trocitos que está tan rica.

2. Pedir sushi del bueno y tomarlo en casa mientras veo un capítulo de Big bang theory...

3. Ser totalmente ilegal y descargarme el último capítulo de Lost emitido en Estados Unidos y visionarlo mientras me tomo un gin tonic (por supuesto preparado pasando el limón por el borde del vaso y últimamente he descubierto que con un pelín de pimienta)

4. Ilusionarme con comprar un mueble carísimo que he visto en una tienda, mandarle la foto a mi pareja, planear ir a verlo... mientras dura la ilusión la sensación es maravillosa.

5. Sufrir y que el corazón se te salga por la boca viendo clasificarse al Atleti para la copa de la Uefa... estar al borde del infarto cuando Forlan mete gol y, sobre todo, cuando se quita la camiseta (uffff... ¿pero existen tantos músculos, amigas?)

6. Planear una sesión de chocolaterapia con mi madre, sabiendo que le hace tantísima ilusión...

7. Ir a trabajar sabiendo que tienes una jornada durísima de trabajo en exteriores y que tus compañeros hagan tanto el ganso que termines riendo a carcajadas y con dolor en las mandíbulas y la tripa porque no puedes parar de carcajearte...

8. Quedar con tus amigos y disfrutar contándonos cómo van cambiando nuestras vidas... Empezar a dar la bienvenida a las nuevas incorporaciones que están por venir... ver como las tripitas van creciendo y las mamis y papis empiezan a tener cara de eso, de mamis y papis...

9. Comer con mi familia y acabar hasta las narices de lo alto que hablan, de como nos tratamos los unos a los otros, de los gestos no muy apropiados que solo se permite en familia... y pensar cuánto te alegras de que esta sea tu familia y de que te quieran y los quieras tanto...

10. Sentarme en el sofá sin nada que hacer mientras el sol entra por la ventana a la que acaban de cambiar la persiana que estaba rota (otra alegría importante) y sentir que tienes toda la vida por delante para cambiar de trabajo, para disfrutar de los tuyos y para hacer tantas y tantas cosas agradables...

Y sobre todo y ante todo, levantarme cada mañana y saber que él está ahí, seguir riéndome con él y disfrutando de cada momento juntos...

Y ahora la GRAN ALEGRÍA Y FELICIDAD... ¡¡¡¡He sido tía!!! y mi sobrina es la niña más bonita y más perfecta del mundo... a sus ocho días ya me ha mirado, me ha escuchado muy atentamente y me ha sonreído (lo mismo era un gas, no os digo que no, pero prefiero pensar que me ha reconocido y le he gustado). Estoy entusiasmada con la pequeña y pienso disfrutarla mucho, mucho... Y tras este chute de optimismo, me voy al banco, al pelearme con ellos una vez más... ay, con lo felices que podíamos ser y tuvieron que inventar los bancos, las letras, las hipotecas, las compañías telefónicas...