Comienzo con la conclusión: el libro de Haruki Murakami se lee con soltura y disfrute.
Si ahora tuviera que etiquetarlo, no sabría decir si se trata de un ensayo sobre la carrera de fondo, una obra autobiográfica o una declaración de principios, aunque lo más probable es que sea las tres cosas a la vez.
Por lo demás, resulta sorprendente que alguien que disfruta de una sólida posición y renombre mundial con su actividad profesional,en este caso la escritura, dedique muchos más afanes y esfuerzos al desarrollo de una afición en la que apenas resulta mediocre.
De cualquier modo, no se trata del único caso que me consta en el que la anécdota se eleva a categoría, pues he conocido varios casos de empresarios, directivos y profesionales de éxito que apenas se dedican a su profesión de forma rutinaria y, por el contrario, dedican la mayor parte de sus energías a un entretenimiento, golf, pádel, incluso el mus, en el que apenas resultan mediocres.
Aunque quizá un servidor no sea la persona más indicada para opinar a este respecto.