Mientras corro, tal vez piense en los ríos. Tal vez piense en las nubes. Pero, en sustancia, no pienso en nada. Simplemente sigo corriendo en medio de ese silencio que añoraba, en medio de ese coqueto y artesanal vacío. Es realmente estupendo. Digan lo que digan.
De qué hablo cuando hablo de correr es la última obra hasta la fecha de Haruki Murakami, escritor japonés que ha conseguido gran prestigio en nuestro país gracias a obras como Tokio blues, Kafka en la orilla o Sputnik, mi amor; y ha sido distinguido con premios como el Arcebispo Juan de San Clemente o la Orden de las Artes y las letras del Gobierno Español.
Tras dejar el local de jazz que regentaba para dedicarse íntegramente a escribir, Murakami comenzó a pagar las consecuencias de la vida sedentaria. Para mantenerse en forma,comenzó a correr y siguió haciéndolo hasta que se convirtió en un hábito, algo inherente a su forma de vida que, a la larga, cobró la suficiente trascendencia para verse plasmado en un libro.
Haruki Murakami
Más cercano al ensayo y a la autobiografía que a la narrativa, De qué hablo cuando hablo de correr establece un paralelismo entre la vida de escritor de Murakami con la de runner. Una es consecuencia de la otra, se desarrollan juntas y tienen una base común a pesar de que incluso pueden resultar contradictorias a primera vista, siendo una puramente intelectual y otra puramente física. Esa base común es el esfuerzo, la disciplina, la constancia y el trabajo duro. Son los cimientos sobre los que construir una modesta vida que, si bien no goza de la comodidad del que tiene talento ni la facilidad del que tiene inspiración, sí posee una mayor estabilidad, que en el caso del autor se ha traducido en muchas novelas (y kilómetros) a su espalda.
La obra está estructurada en capítulos que corresponden a diferentes ideas o momentos en la vida del escritor, desde sus experiencias en su primer maratón o en una carrera de 100km a qué es lo que le mueve a seguir corriendo o buscando nuevos retos, como por ejemplo el triatlón. Murakami baja de sus pasajes oníricos y amores atormentados para posar los pies en la tierra, calzarse las zapatillas y echarse correr. Correr tanto en el sentido literal, pues de eso trata la obra, como en el sentido más filosófico, entendiendo la vida como una carrera de fondo en la que lo importante no es ganar, sino resistir y superarse a sí mismo. Es más, por tanto, un libro para seguidores del autor que para runners y, sin embargo, éstos le encontraran un sabor especial, pues nadie ha sabido expresar como Murakami los entresijos del corredor de fondo: los pensamientos en la carrera, la música como forma de amenizar un entrenamiento, la dureza de entrenar con frío o lluvia… son pequeños detalles para grandes distancias que harán sonreir al que los haya sentido en carne propia.