¿De qué vale tanto estudiar?

¿De qué vale tanto estudiar? por siemprebellaquieroestar

¿De qué vale tanto estudiar? si al final no importa que seas inteligente para que no te traten como burro. Inicias la escuela con 6 años, ahora mucho peor porque ya a los 4 meses estas en una guardería y ese mundillo del aprendizaje temprano. Pasa por nido, kínder, primaría, secundaría, en los países latinos, pero acá en España lo dividen aún mucho más.

Si eres aplicado, pues vuelvo y recalco la inteligencia ya no la mido por la habilidad para aprender cosas, sino la habilidad para sacar provechos a esas cosas. En fin, te pasas toda tu infancia y adolescencia en un constante afán por obtener buenas calificaciones, ser el mejor del curso o al menos no sacar bajas calificaciones, que se te reconozca tu esfuerzo, obtener una beca…. Y taran!!! llegas a la universidad, cargado de ilusión porque vas a realizar la profesión de tu sueño, y allí te encuentras con que eso es tu profesión, nada más que un sueño pues la realidad de la vida es otra.

Te has pasado toda la vida deseando salir del bachillerato para llegar a la universidad y lograr ser un gran profesional. Sin tener en cuenta que la vida te pondrá obstáculos. En mi caso quería estudiar Decoración de Interiores, era mi gran pasión, recuerdo me deleitaba arreglando las casitas de muñecas de mi amigas, moviendo el poco mobiliario de mi casa, aportando ideas para que los espacios fueran más acogedores, pero lamentablemente en mi época esta profesión solo la podían estudiar los ricos, ya que en la universidad pública de mi país no la impartían. Así como a mí, a otros la vida le va poniendo trabas y al final como en todo optamos por algo similar para llenar ese vacío.

Mi elección fue la publicidad, pero antes agregué a mis estudio un secretariado ejecutivo que se llevó dos maravillosos años de mi vida. Al cual le doy gracias, pues hasta ahora me ha sido mucho más útil que mi carrera. Sin agregar los muchos años tratando de aprender inglés, ya he perdido la cuenta de las muchas academias que visite para aprender esta apreciada lengua. En mi trayecto por la Universidad no hubo un trimestre en el que tomará vacaciones, pues deseaba terminar mi carrera joven para así comenzar a trabajar en lo mio. Si me hubiese imaginado lo que me esperaba, hubiese disfrutado de mis bellas vacaciones.

Seis años de estudios universitarios, noches en velas, llorar porque los horarios no me encajaban con el trabajo, llevarme una vez la llave de cerrar la empresa en la que trabajaba porque salí tan deprisa del trabajo que no me di cuenta. Todo con la intención de que un espléndido profesor de dibujo II no me pusiera ausente y al final, el muy hijo … me reprobó la materia. Eso sin contar las veces que tuve que ir a tomar clases a las 7 a.m. para luego irme a trabajar, filas imaginables para poder inscribirme, filas imaginables para entrar al comedor universitario en donde se podía comer a muy buen precio, horas interminables en la biblioteca mientras mis compañeros disfrutaban de sus tiempo libre antes de entrar a clases.

Y ahora aquí estoy, a 9 horas de mi país, con una licenciatura, un master, un doctorado que no avanza, aunque lo empuje con una grúa, un sin número de cursos, talleres, seminarios, libros y ….sabes que me pregunto de qué me ha servido tanto estudiar, si estoy haciendo un trabajo en el que no se necesita formación, sino astucia, suerte, concentración, ser despiadada, algo muy importante exagerar, ilusionar, cerrar, convencer, empujar, en una sola palabra ventas, ventas, ventas. Aguantar frío, mala contestaciones, que te hagan perder el tiempo y luego te digan haces muy bien tu trabajo y no se llevan ni un …jabón.

Llegas a casa aburrida, frustrada, decepcionada de la vida, con deseos de poner una hoja de reclamación a Dios, pero creo que tendrás tantas antes de la mía que no le hará mucho caso. Y lo mejor de todo, debes sentirte feliz porque en un país en donde hay una gran cantidad de parado, tú solamente, tú, tienes un maravilloso empleo.

Me considero una persona positiva, pero llega un punto en que veo la realidad de la vida y es que no importa lo burro que seas, ni lo inteligente que dejes de ser. Lo peor es que no sé lo que importa, pero si sé que no vale mucho estudiar, si no te acompaña la suerte.